El candidato presidencial republicano, Donald Trump, puso en marcha una nueva estrategia para librarse de la etiqueta de “racista” y que gira en torno a una posible moderación de su plan migratorio y un nuevo acercamiento a la comunidad afroamericana de Estados Unidos.
“Vamos a rechazar los fracasos del pasado y crear un nuevo futuro para Estados Unidos, donde todos los niños, afroamericanos, hispanos, todos los niños puedan vivir sus sueños juntos en paz y seguridad“, prometió este miércoles Trump en un mitin en Tampa, en Florida, uno de los estados con mayor presencia hispana.
Con sus actos de hoy en Florida y más tarde en Jackson (Misuri), una ciudad con gran proporción de población negra, Trump profundiza en su nuevo plan para cortejar a las decisivas minorías afroamericana y latina de cara a las elecciones de noviembre.
“Nuestras ciudades están sufriendo como nunca antes”, aseguró Trump, que responsabilizó a los demócratas de las altas tasas de desigualdad que hacen que cuatro de diez niños afroamericanos vivan en la pobreza y que provocan que el 58 % de los jóvenes negros esté desempleado.
“A los que sufren y se sienten perjudicados, les digo voten por Donald Trump. ¿Qué tienes que perder? ¿Qué tienes que perder? No puede ser peor. Créanme, voy a solucionarlo. Voy a hacer que sea genial”, aseguró este miércoles el candidato republicano en su mitin en Florida, mientras el público jaleaba: “¡Trump! ¡Trump!”.
“Los votantes afroamericanos, grandes personas. Al votante hispano que ha sido tratado de manera terrible, le digo, ¿qué tienes que perder? ¿El qué? Lo arreglare todo”, se comprometió Trump.
Guiado por un nuevo liderazgo en su campaña, Trump ha emprendido en los últimos días una carrera a contrarreloj para ampliar su base de seguidores, integrada sobre todo por hombres blancos, y cortejar a los votantes negros e hispanos con un mensaje de creación de empleos y en el que sugiere la posibilidad de moderar su radical plan de deportaciones de indocumentados.
El republicano edificó su campaña de primarias en propuestas como la construcción de un muro entre México y EE.UU. y la creación de una “fuerza de deportación” para echar a los indocumentados del país.
Pero, anoche mismo, en una entrevista en Fox News, planteó “suavizar” las leyes migratorias para permitir que se queden en el país algunos indocumentados que son “grandes personas” y a los que diferenció de los “inmigrantes malos”, es decir, “los miembros de pandillas, asesinos” a los que propone deportar.
Esta distinción, impensable hace unos meses, ha despertado grandes expectativas sobre un posible cambio de posición de Trump, aunque por el momento el magnate mantiene la incógnita sobre si se retractará de su propuesta para deportar sin distinción a los 11 millones de indocumentados que se calcula que viven en EE.UU.
De esta forma, en su entrevista de anoche, el propio Trump planteó la siguiente pregunta: “Tenemos a alguien que ha estado en el país 20 años, ha hecho un gran trabajo, y todo lo demás. ¿Lo aceptamos a él y a su familia o lo echamos?”.
Aunque el magnate no ofreció una respuesta, dijo que “tomaría pronto una decisión” sobre las deportaciones.
En respuesta al posible cambio de postura de Trump, su rival demócrata, Hillary Clinton, lanzó el martes un vídeo en el que le acusaba de “demonizar a los inmigrantes” y en el que reúne diferentes extractos de algunos de sus comentarios más polémicos sobre inmigración.
Las minorías negra e hispana apoyan de manera masiva a Clinton, pero encuestas internas de la campaña del magnate sugieren que puede cosechar apoyos entre los afroamericanos, según dos aliados de Trump citados de manera anónima por The Washington Post.
En este sentido, la campaña de Trump espera sacar partido de la dura política contra el crimen que implantó durante su presidencia Bill Clinton (1993-2001) y que provocó un mayor encarcelamiento de la comunidad negra debido al aumento de las penas de prisión para los pequeños traficantes de droga.
Con el objetivo de cortejar a los votantes negros, en un acto en Akron (Ohio), Trump ya lanzó el lunes un potente mensaje.
“La pobreza, rechazo, educación horrible, sin viviendas, sin casas, sin propiedades. El crimen con niveles que nadie ha visto. Puedes ir a zonas de guerra en países en los que estamos luchando y serán más seguras que algunas de las ciudades gobernadas por los demócratas”, resaltó entonces Trump ante una audiencia blanca.
Este miércoles en Jackson (Misuri) se dirigirá a un público negro y tendrá que probar su capacidad para atraer a los grupos raciales minoritarios sin espantar a su base de votantes blancos y varones.
El reto de atraer a las minorías parece complicado para un político nada convencional y al que un 65 % de los estadounidenses define como racista, según una encuesta de GfK Knowledge Networks publicada en julio. Con EFE