Por Mauricio Botero Caicedo
Según informes de prensa, la camioneta blindada del magistrado Fernando Castro Caballero invadió el carril de Trasmilenio. De acuerdo con el relato que el magistrado Castro le hizo vía telefónica al director de Mañanas Blu, Néstor Morales, Castro afirmó que cometió la infracción porque sufrió un desmayo y tras el hecho tomó la decisión de invadir el carril de Transmilenio con su escolta para salir del trancón en que se encontraba en el centro de Bogotá. Sin embargo, según la versión del magistrado, como se recuperó rápidamente se fue para su casa y no acudió a ningún centro médico.
Sobre este desagradable incidente concreto caben las siguientes preguntas: La primera es si el magistrado ¿se desmayó o no se desmayo? Si estaba desmayado obviamente no podía impartir ordenes. Entonces ¿quién fue el que tomó la decisión de invadir el carril de Trasmilenio? ¿El conductor? ¿El escolta? Otra pregunta es que si la razón por la cuál el magistrado, el conductor o el escolta decidieron invadir dicho carril ¿era para llegar más rápido a un hospital o a un centro asistencial? ¿o para que el magistrado pudiera llegar con más celeridad a su casa? Y las últimas preguntas son si cuando el magistrado se recuperó del desmayo, ¿qué dijo cuando se dio cuenta que habían invadido el carril prohibido? ¿Les llamó la atención al conductor o al escolta? ¿Abandonaron de inmediato el carril invadido de manera ilegal?
Y haciendo abstracción de que el magistrado, para disfrazar su atropello, asume que los colombianos somos unos retardados mentales, lo que indigna a los ciudadanos del común es el permanente e insolente abuso de las leyes de tránsito parte de los escoltas de los altos funcionarios del Estado y de uno que otro ‘cacao’. De forma reiterativa los ‘policías’ que acompañan a los funcionarios detienen el tráfico para dejar circular los carros blindados. Por ende, el reciente trino del Alcalde de Bogotá, “Nadie, absolutamente nadie distinto del Presidente, puede desobedecer señales de tránsito abusando con sus escoltas”, o se le pone dientes, o se mantiene como un canto a la bandera. ¿Cómo ponerle dientes? ¿Cómo ponerlo coto a esta vagabundería? Que todo policía – que no sea escolta del Presidente – que suspenda el tráfico de manera arbitraria para favorecer a un personaje en concreto será despedido de esta fuerza y el vehículo será llevado a los patios. Pero podemos tener la certeza que esto no va a ocurrir y todos los abusos que vienen cometiendo los funcionarios y ‘cacaos’ van a continuar.
Finalmente, en un país que tiene cerca de 50 magistrados, ¿todos tienen camioneta blindada y escolta? ¿Cuándo va el Gobierno a ponerle coto a esta otra vagabundería de repartir a diestra y siniestra camionetas blindadas con escoltas?
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