A los seis policías que facilitaban hurtos por la modalidad de ‘cosquilleo’ a los pasajeros del sistema TransMilenio, la Fiscalía General les imputó cargos por los delitos de cohecho propio, hurto agravado y concierto para delinquir.

Por solicitud del fiscal que lleva el caso, la legalización de las capturas y la imputación de cargos se hizo en audiencia reservada.

Los involucrados serían dos intendentes, un subintendente y tres patrulleros, que le permitían la entrada a TransMilenio a una banda de ladrones que mediante la modalidad de cosquilleo robaban celulares en el sistema de transporte.

De acuerdo con la Policía, los uniformados omitían su deber y dejaban que los delincuentes permanecieran, entre dos o tres horas, en las estaciones de Ricaurte, San Façon, Sabana, Universidad Nacional, CAD, Campín, Banderas, Calle 26, Profamilia, Calle 45, Marly, Calle 57, Calle 63, Calle 72, Calle 72 y los portales de Américas y Suba.

El general Hoover Penilla, comandante de la Policía de Bogotá, los delitos eran cometidos entre las 5 y las 8 de la mañana, y entre las 11 de la mañana y las 3:30 de la tarde, y entre las 4 de la tarde y las 7 de la noche.

Luego de cometer los robos, los integrantes de la banda delincuencia se iban con los celulares en un taxi para venderlos en el centro de Bogotá y con parte del producido les pagaban a los uniformados entre 200.000 y 450.000 pesos.

Esta banda estaba conformada por ocho civiles: cuatro mujeres y cuatro hombres. La lideraba un hombre identificado como alias Pájaro y otra persona alias Karen.