El poder electoral descartó este miércoles que el referendo revocatorio contra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se lleve a cabo este año.
“El evento pudiera efectuarse a mediados del primer trimestre de 2017”, anunció el Consejo Nacional Electoral (CNE) tras una reunión con la oposición y el oficialismo. En ese encuentro el órgano electoral, acusado por la oposición de ser aliado del gobierno, estableció que la próxima etapa del proceso, el recaudo de cuatro millones de firmas (20% del padrón electoral) necesarias para llamar a la consulta, será del 26 al 28 de octubre.
El CNE señaló que, si se cumple ese requisito, la consulta sería convocada a inicios de diciembre y a partir de entonces correrán los 90 días “reglamentarios que tiene el organismo” para llevarla a cabo.
La opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que esperaba desde la semana pasada la fecha y condiciones para el recaudo de rúbricas, convocó de urgencia a una rueda de prensa la noche de este miércoles. La MUD pretendía que el referendo se realizara antes del 10 de enero de 2017, pues si Maduro (2013-2019) pierde habrá nuevas elecciones.
En una fecha posterior, si el gobernante es derrotado, el mandato lo concluirá su vicepresidente.
El golpe político
Pero incluso si el referendo no se hace este año, según analistas, la sola recolección de firmas impactaría al gobierno en caso de que la participación sea abrumadora. La MUD exigía que la recolección del 20% fuera a nivel nacional, pero el CNE decidió que ese porcentaje corresponda al registro electoral de cada estado. Con uno solo que no logre el mínimo, el proceso quedará invalidado.
“El problema es que así se pueden invalidar firmas más fácilmente”, declaró a la AFP el analista Benigno Alarcón.
Otro asunto clave era el número de máquinas de identificación biométrica para el recaudo. El CNE aprobó 5.392 máquinas en función de cuatro millones de personas, pero la MUD pedía 19.500 para los 19 millones de electores.
“Saben que probablemente se va a expresar más del 20%, el 40%, el 60%, porque ocho de cada diez quieren cambio. Eso sería terminal para el gobierno pues se demostraría su deslegitimación”, dijo más temprano el vocero de la MUD, Jesús Torrealba.
En la anterior etapa, la MUD recolectó nueve veces más de las 200.000 firmas que necesitaba para hacerse promotora del referendo, por lo que dice estar segura de asestar en la próxima fase un golpe contundente que presione el revocatorio. “La estructura que está proponiendo el CNE no permitiría que más de cuatro millones validen la firma”, dijo a la AFP Eugenio Martínez, experto en asuntos electorales.
Un apoyo que se acerque o supere los 7,5 millones de votos requeridos para sacar a Maduro del poder, tendría un “impacto innegable” aun si no hay referendo este año, agregó. “Que firmen ocho millones sería de por sí una manifestación de revocatorio”, opina el analista Héctor Briceño.
Maduro enfrenta un fuerte descontento popular ante la severa crisis económica, agravada por la caída del ingreso petrolero, y que se refleja en la escasez de alimentos y medicinas y una inflación que el FMI proyecta en 720% para 2016.
El desgaste
El gobierno ha descartado un revocatorio este año, alegando que la oposición inició tardíamente los trámites, y espera recuperarse con un plan de distribución y producción de alimentos a cargo de los militares. Para el analista Luis Vicente León, “con pocas máquinas y con 20% por estado, es muy difícil recoger las firmas y la oposición se va a dividir sobre si deben o no aceptar” esas condiciones, dijo a la AFP.
“Lo evidente no necesita anteojos. Estamos ante la postergación del referendo a 2017. Si hubiese voluntad política se haría este año; pero no la hay”, aseguró el politólogo socialista Nícmer Evans, crítico de Maduro.
Alarcón estimó que el CNE complicará el tramo final, lo que desgastaría a la oposición y la pondría en la disyuntiva de jugarse por un referendo en condiciones desfavorables o la presión en la calle. Con el tiempo en contra, la MUD ha intentado mantener movilizados a sus partidarios, pero esa estrategia ha perdido ímpetu tras la multitudinaria marcha del 1 de septiembre en Caracas, que asegura reunió a un millón de personas.
AFP