Por Mauricio Botero Caicedo
No hay que profundizar mucho para entender que en esencia las Farc son una organización extranjera con muy pocas características nacionales. Es oportuno hace una breve relación de ese talante extranjerizante de este grupo:
– Su ideología marxista – leninista es totalmente importada. Para disfrazar la vocación totalitaria y colectivista , las Farc, al igual que el chavismo, trata de arroparse en el ‘bolivarianismo’, sin confesar que en la historia pocas personalidades tan disimiles y antagónicas han existido como Bolívar y Marx. El comunista alemán, entre otras, despreciaba a Boliíar y lo insultaba en toda ocasión que se le presentara.
– El principal asesor de las Farc es el abogado español, Enrique Santiago, un comunista de vieja data cuyos intereses radican bastante más en avanzar la ideología marxista que en el bienestar de los colombianos.
– Las Farc se niegan a aceptar la justicia colombiana y lo que buscan es que las grandes decisiones queden en manos de un fantasmagórico tribunal con magistrados extranjeros y poderes absolutos por encima de la constitución.
– Las Farc ni siquiera conciben mantener nombres nacionales. Londoño pretende que lo sigan llamando ‘Timochenko’, o ‘Timo’ como tan cursimente firma, en honor a un general soviético.. Seusis Pausanias insiste en que su nombre es Santrich.
– Las Farc están detrás de las manifestaciones estudiantes e indígenas que exigen una paz sin dilación. (Entre otras, los indígenas que exigen paz en las ciudades son los mismos que de forma violenta organizan tomas ilegales de tierras). En el complejo andamiaje de las organizaciones que promueven las marchas, como bien lo señala Plinio Apuleyo Mendoza en su reciente columna, se destacan son las organizaciones extranjeras: “Ninguna de sus inspiraciones es local. O Foro de São Paulo, esa internacional fundada por Fidel Castro y Lula da Silva en 1990, en la que coinciden los grupos y partidos que comparten una cierta cosmovisión, y anotar la lista de sus miembros. Entre ellos están los partidos comunistas de todos los países latinoamericanos (comenzando por el de Cuba, que fue el que convocó a la primera reunión junto al Partido del Trabajo de Brasil), los sandinistas nicaragüenses, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN)?de El Salvador, la Unidad Revolucionaria Nacional de Guatemala (URNG), el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) chileno, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) mexicano, los tupamaros uruguayos, diversas formaciones trotskistas.”
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