Por: Gabriel Ortiz
BLANCO Y NEGRO
Estamos a escasos 24 días de la fecha, en que la Noche de Paz, cumple 198 años de su estreno en Austria por el maestro de escuela Joseph Mophr. Y sigue tan campante, porque encarna el sentimiento de la humanidad: la PAZ.
Colombia viene persiguiéndola durante muchos años, casi desde que existimos. Curiosamente cuando se estrenó, ya aquí estábamos peleando entre nosotros. Ya la política nos asfixiaba con el odio, con las rencillas, la intolerancia, la falta de perdón, de convivencia.
“Noche de paz, noche de amor”, como inicia la eterna canción de navidad, parece tenernos sin cuidado; parece que la letra que inicialmente se escribió en alemán, no hubiera tenido traducción al español y menos al “espacolombiano”. Maquinalmente la cantamos, la tarareamos o la entonamos, pero no la entendemos, no la comprendemos y menos la practicamos. Instintivamente desechamos su significado.
Esa canción, que muchas veces convierten en villancico, nos invita cada año a reconciliarnos, a perdonar, a dejar las armas, las rencillas, la irritación.
Avanzamos a saltos de canguro hacia la navidad, a esa noche de paz, a esa noche de amor. Ya casi es 24 de diciembre, ya casi es el natalicio. Vale la pena hacer una pausa, desarmar los espíritus y recorrer nuevos caminos que le permitan a esta sufrida patria, avistar un nuevo panorama, un nuevo escenario y una nueva actitud que nos lleve de la mano hacia destinos que nunca hemos podido apreciar por falta de hermandad, de tolerancia y de humanidad.
Curiosamente se encuentra en esta población colombiana, un ánimo de convivencia de paz, de entendimiento. Se apunta hacia ese objetivo, pero cuando se emprende la marcha para lograrlo, surgen intereses, pasiones, inclinaciones, lucros, atracciones y seducciones que, como el delta de los ríos, divide en múltiples corrientes lo que parecía un destino común.
Y hasta ahí llegan los anhelos que se creían unificados. Hasta ahí alcanza el impulso de ese objetivo, porque la división de criterios de una sociedad polarizada, no resiste ese objetivo, fincado en permitir que todos pudiéramos pensar y actuar diferente, para alcanzar el bien común, la tranquilidad, la convivencia.
La noche de paz, la noche de amor para los colombianos, seguirá como una quimera, una fantasía, un sueño… por la intolerancia, el fanatismo, la estolidez de unos dirigentes.
BLANCO: Se adjudicó el nuevo canal de TV. Felicitaciones a Yamid, Daniel Coronell y Patricio Wills. Garantía de calidad y profesionalismo.
NEGRO: El accidente que costó la vida a los futbolistas brasileros y a varios colegas. Paz en sus tumbas.
gabrielortiz10@hotmail.com