–Otras 3 integrantes de la banda de «las express», dedicada a la extorsión a nivel nacional, fueron capturadas en las últimas horas por unidades del Gaula Militar.
Este es el segundo golpe a la banda, integrada exclusivamente por mujeres, con el cual continúa su desarticulación, pues en mayo pasado un primer operativo concluyó con la captura de 9 de ellas, como resultado de una investigación y seguimiento de más de siete meses realizada entre tropas del Gaula Militar Huila de la Novena Brigada y unidades del Cuerpo Técnico de Investigación, CTI, de la Fiscalía.
Esta vez las capturas se concentraron en el casco urbano de Neiva, más concretamente en los barrios la Vorágine, José Eustasio Rivera y Villa Nazareth.
Allí fueron aprehendidas Flor Ángela Mosquera Rojas de 23 años, María Ángela Trujillo Tovar de 40 años y Yenny Carolina Mateus Ramírez de 28 años, contra quienes pesaba orden judicial por los delitos de Concierto para Delinquir y Extorsión.
Sin embargo tras las audiencias de rigor fueron cobijadas con medida de aseguramiento domiciliaria.
De acuerdo con el informe del comando del Ejército, las mujeres que delinquían a nivel nacional desde el año 2014, tenían varios modus operandi, entre estos la llamada que hace una de las extorsionistas identificándose como sobrina de la víctima, durante la comunicación le manifiesta a su supuesto familiar que se encuentra varada y que requiere dinero para la compra de repuestos.
En otras ocasiones, bajo la misma modalidad, el sobrino realiza las llamadas a sus supuestos familiares y expresa que lo tiene detenido la Policía por un accidente de tránsito en el que resultó gravemente herida una persona, debiendo recolectar una importante suma de dinero para pagarle a las autoridades y así evitar el trámite penal, muchas de éstas contaban con la complicidad de delincuentes recluidos en centros penitenciarios, configurándose la extorsión carcelaria.
Las artimañas no tenían fin. En otras llamadas el victimario llamaba a la víctima, el supuesto y le comunica que había sido capturado por portar granadas, armas de fuego y que necesitaba del apoyo monetario de la familia para evitar ser llevado ante la justicia colombiana.
Así mismo, entre sus estrategias se encontraba la de identificarse como integrantes de organizaciones armadas al margen de la Ley. En la comunicación, exigían la compra de medicamentos para combatientes que se encontraban heridos; sin embargo, tras las amenazas e intimidaciones le exigían que ante la urgencia, fuera consignado dinero a la supuesta enfermera para que esta se encargara de la compra de la medicina.
La modalidad delictiva no tenía límites. En otras ocasiones le exigían a sus víctimas recargas para equipos celulares, las que posteriormente eran utilizadas para extorsionar a otros ciudadanos y extender su actuar delincuencial a otras partes del país.
Las sumas de dinero exigidas, debían ser consignadas a través de empresas de giros, indicando que estas serían reclamadas en determinados sitios, pero en realidad terminaba siendo retirado en otras ciudades.
Las operaciones continúan con el objetivo de lograr la completa desarticulación de la banda delincuencial que con su accionar afecta el patrimonio de los colombianos.