No solo bailan y se divierten, en las chiquitecas que se realizan ilegalmente en Bogotá los menores de edad consumen licor y sustancias psicoactivas, las autoridades han encontrado armas y se usan los ‘apagones’ para los adolescentes puedan tener acercamientos sexuales.
Aunque los menores de 18 años legalmente no pueden consumir licor, en estas chiquitecas pueden beber hasta emborracharse, sin supervisión de adultos responsables. No se trata de fiestas pequeñas de barrio: en la última intervención, que se llevó a cabo en la localidad de los Mártires, fueron encontrados 273 menores de edad.
Estos adolescentes, entre los 13 y 17 años de edad, se encontraban departiendo en un salón de eventos del barrio Santa Isabel, en donde se incautaron 19 papeletas de clorhidrato de cocaína, una pistola neumática Walter C-99, 95 litros de aguardiente, 34 latas de cerveza, y 2 armas blancas.
Entre las prácticas comunes de estas chiquitecas están los denominados ‘apagones’ tiempo en el que el sitio permanece totalmente oscuro y los menores pueden realizar acercamientos sexuales entre ellos, según las autoridades.
Según la Secretaría Distrital de Gobierno, los organizadores usan las redes sociales para atraer a los niños y niñas adolescentes hasta los garajes, salones comunales, apartamentos y casas en donde se desarrollan estas fiestas.
Reuniones clandestinas de este tipo se llevan a cabo en diferentes puntos de la ciudad, con mayor presencia en Chapinero, Kennedy, Fontibón, Bosa, Rafael Uribe y los Mártires.
Por eso, la Alcaldía Mayor de Bogotá viene adelantando operativos en los cuales se han encontrado 773 menores de edad en lo corrido de 2016.
“Somos muy estrictos y por eso hemos desmantelado y sancionado a los establecimientos que expenden alcohol a menores de edad”, aseguró el alcalde de Bogotá Enrique Peñalosa.
Estas acciones han dejado en evidencia el riesgo al que se exponen los menores de edad que asisten a estas reuniones ilícitas: en estos allanamientos se han incautado sustancias psicoactivas como marihuana, cocaína, popper, dick y bazuco.
Según el secretario de Gobierno, Miguel Uribe “estas medidas hacen parte de una estrategia para disminuir no solo la inseguridad en la ciudad las riñas y los hechos infortunados con menores de edad, sino para prevenir que el consumo de licor en los adolescentes”.
El principal objetivo de estas intervenciones ha sido el de rescatar a los adolescentes de estas conocidas ‘rumbas sin cédula’. Una vez identificados quedan bajo custodia del Instituto Colombiano de Bienestar familiar y posteriormente son entregados a sus padres.
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