–El Fondo Monetario Internacional, FMI, pronosticó un crecimiento de la economía colombiana de 2,6 para este 2017, tras un panorama “un poco más débil de lo que se había previsto” en el 2016.
Según Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, el crecimiento de Colombia “a mediano plazo se verá afianzado por el acuerdo de paz recientemente firmado y por una reforma tributaria estructural, que generará espacio para gastos de importancia clave en infraestructura y programas sociales”.
En el marco de un informe sobre las perspectivas más recientes para América Latina y el Caribe, que presentó en rueda de prensa en Washington, Werner resaltó que “Colombia adoptó oportunamente una política monetaria y fiscal más restrictiva que propició una reducción más rápida de lo previsto del déficit en cuenta corriente, con la consiguiente reducción de los riesgos externos”.
Sin embargo, añadió, la actividad económica ha sido un poco más débil de lo que se había previsto, ya que en 2016 creció 0,3 puntos porcentuales menos de lo que se había proyectado, y las presiones inflacionarias están disipándose gradualmente.
Y puntualizó:
El crecimiento a mediano plazo se verá afianzado por el acuerdo de paz recientemente firmado y por una reforma tributaria estructural, que generará espacio para gastos de importancia clave en infraestructura y programas sociales.
Respecto a Estados Unidos, dijo:
En Estados Unidos sigue habiendo incertidumbre en cuanto a las potenciales modificaciones de las políticas, pero es probable que la política fiscal se torne expansiva, y cabe prever un endurecimiento de política monetaria más rápido de lo previsto debido al fortalecimiento de la demanda interna y a presiones inflacionarias. Como resultado, se proyecta que el crecimiento aumente a 2,3 por ciento en 2017 y a 2,5 por ciento en 2018, lo que equivale a un aumento acumulado del PIB de ½ punto porcentual con respecto al pronóstico de octubre. El cambio previsto en el régimen de políticas y el mayor crecimiento en Estados Unidos ha dado lugar a un aumento de las tasas de interés a largo plazo a nivel mundial, un dólar más fuerte en términos efectivos reales y una moderación de los flujos de capital a América Latina.
Sobre otros países latinoamericanos, hizo las siguientes precisiones:
En Brasil, el PIB siguió contrayéndose en el tercer trimestre de 2016, y los indicadores de actividad económica al cierre del año señalan una demora en la recuperación económica porque el gasto privado sigue siendo débil. Se prevé que en 2017 el crecimiento del PIB real se torne positivo y sea de 0,2 por ciento. Sin embargo, los altos niveles de desempleo y de endeudamiento del sector privado continuarán imponiendo un lastre a la demanda.
En Argentina, el ritmo de contracción de la actividad económica disminuyó en el segundo semestre de 2016, pero para este año se proyecta un repunte del PIB real, a medida que los mayores salarios en términos reales aviven el consumo, la mayor demanda externa estimule las exportaciones y la inversión pública aumente. Pero aun así, debido a que en los dos últimos trimestres de 2016 el producto creció menos de lo pronosticado, las proyecciones de crecimiento del PIB para 2016 y 2017 han sido revisadas a la baja, a -2,4 por ciento y 2,2 por ciento, respectivamente. Se espera que los resultados satisfactorios de la amnistía fiscal estimulen en cierta medida la demanda interna y ayuden a cumplir las metas fiscales fijadas para 2016 y 2017.
Para Chile se proyecta un crecimiento de 2,1 por ciento en 2017, que se suma al aumento de 1,6 por ciento registrado en 2016. La mayor demanda externa, las perspectivas más favorables de los precios del cobre y una importante distensión monetaria son los principales factores detrás del repunte. Pero las inciertas perspectivas regionales, las tasas de interés más altas en el exterior y la aún escasa confianza interna podrían poner trabas a una recuperación significativa.
En Perú, el crecimiento sigue siendo relativamente resistente, y se prevé que en 2017 se situé en 4,3 por ciento como resultado de una ampliación de la producción de cobre, los precios más altos de ese metal, un repunte del gasto público regional y local y un sólido gasto en consumo de los hogares. Como la brecha del producto se está cerrando, la atención debería centrarse ahora en una consolidación fiscal gradual, pero preservando el gasto en infraestructura pública, y en reformas estructurales favorables para el crecimiento, como la disminución de la informalidad, la mejora del nivel de educación, la profundización de los mercados de capitales y la reducción de los trámites burocráticos.
Las perspectivas económicas de Ecuador han mejorado, gracias al mayor acceso a los mercados de capital internacionales facilitado por la recuperación de los precios del petróleo.
Venezuela continúa sumida en una profunda crisis económica que avanza hacia la hiperinflación, y cuyas principales causas son un cuantioso déficit fiscal qua ha sido monetizado, las enormes distorsiones económicas y una fuerte restricción de la disponibilidad de importaciones de bienes intermedios. Para 2017 se proyecta una marcada contracción de la actividad económica, y se prevé que la inflación continúe acelerándose.
La economía de México continúa creciendo moderadamente, pero está entrando en un terreno difícil. Las perspectivas están empañadas por la incertidumbre en torno a la política comercial de Estados Unidos, la cual, sumada a las condiciones financieras más restrictivas, frenará la actividad económica. Para mantener la confianza del mercado y situar la deuda pública firmemente en una trayectoria descendente, es importante perseverar en la consolidación fiscal. Si bien la inflación ha estado aumentando tras la marcada depreciación del peso y el incremento de los precios de bienes energéticos, el endurecimiento de la política monetaria debería ayudar a mantener bajo control las expectativas inflacionarias. En adelante, un mayor endurecimiento solo será necesario para evitar efectos de segunda ronda, ya que el repunte de la inflación debido al aumento de los precios relativos de bienes transables será pasajero.
Las perspectivas para la región del Caribe están mejorando, y para 2017 se proyecta un crecimiento moderado. El crecimiento en las economías que dependen del turismo estará respaldado por el mayor crecimiento previsto en Estados Unidos, en tanto que los exportadores de materias primas se beneficiarán del nivel algo más alto (aunque todavía bajo) de los precios de las materias primas, en especial el petróleo. La región sigue enfrentando varios riesgos, como el retiro de las relaciones de corresponsalía bancaria y un mayor grado de incertidumbre en torno a las políticas en Estados Unidos.