Por Mauricio Botero Caicedo
Hasta el momento no existe una estimación oficial de cuántos menores de edad tienen las Farc como guerrilleros, pero en mayo pasado el jefe negociador de esa guerrilla, Luciano Marín Arango, alias “Iván Márquez”, cifró en 21 los menores de 15 años que en ese momento estaban en sus campamentos. Sin embargo, el Gobierno elevó a 170 el número de menores que hacen parte de esa guerrilla. La cifra real debe ser cinco veces mayor.
La semana pasado, entre bombos y platillos, el Alto Comisionado de la Paz Sergio Jaramillo anunció que trece niños más saldrán de las filas de las Farc. ¿Es una cifra adecuado con los niveles de compromiso de esta guerrilla? No perece ser y veamos ¿por qué? En los últimos años la guerrilla ha reclutado 11.500 menores. De acuerdo con cifras entregadas por la Unidad de Análisis de Contexto de la Fiscalía (Dinac), más de 11.500 menores habrían sido reclutados por las Farc en una política sistemática de inclusión de nuevos combatientes que esta guerrilla desarrollo entre 1975 y 2014, actividad que para el ente investigador constituye un crimen de guerra.
Aunque los voceros de las Farc no han negado que entre sus filas hay menores de edad, la guerrilla asegura que se atienen a las normas del Derecho Internacional Humanitario y que solo permiten en sus filas a jóvenes mayores de 15 años que manifiesten su voluntad de hacer parte de la organización. Según los Convenios de Ginebra, reclutar jóvenes con más de 15 años no es un delito de guerra. “Para nosotros la guerra es de todo el pueblo y por eso todo el pueblo tiene derecho a participar, niños, mujeres, adultos… Lo que es natural en la actividad humana nos lo vuelven a nosotros una exigencia para que aceptemos desigualdades”, dijo el negociador de las Farc Andrés París”.
Entregar sólo 13 niños de los centenares que la guerrilla tiene en sus filas es una solemne ridiculez. ¡Y que el Gobierno se jacte de que esa entrega de trece menores es significativa, es aún una ridiculez mayor!
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