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Es prematuro decir que ya comenzó el posconflicto en Colombia: CICR

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) consideró prematuro asegurar que ya comenzó la etapa de posconflicto pese a que el Gobierno firmó un acuerdo de paz con las Farc, puesto que persisten otros focos de confrontación con el ELN, el EPL y exparamilitares.

Así se desprende de un informe sobre la situación humanitaria en el país en el que recuerdan que el Estado “sigue en conflicto con varios actores armados” como el ELN, con quien comenzaron los diálogos de paz el pasado febrero en Quito, pero continúan los enfrentamientos.

Asimismo, recordó que sigue operando un reducto del EPL, considerado como una banda de narcotraficantes por el Gobierno y que opera principalmente en la región del Catatumbo, así como grupos herederos del paramilitarismo.

El CICR hizo hincapié en las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), grupo que el Gobierno no considera como paramilitar y al que denomina Clan del Golfo, que actúa en varias zonas del país.

El Clan del Golfo, la mayor banda ilegal del país dedicada principalmente al narcotráfico, nació tras la desmovilización de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

“Por lo tanto, el CICR evita referirse a este momento histórico del país como ‘posconflicto’ y prefiere la expresión ‘posacuerdo’. Considerar el conflicto como algo superado exigirá tiempo, recursos considerables y la voluntad política de todas las partes”, subraya el informe.

En este sentido, el jefe de la delegación del CICR en Colombia, Christoph Harnisch, comentó en una rueda de prensa que “hay regiones que no conocen el posconflicto”.

“Debemos reconocer que la población civil sigue sufriendo las consecuencias: el drama de los familiares de los desaparecidos, el temor a los artefactos explosivos improvisados y a las municiones sin explotar, la violencia armada en entornos urbanos”, aseveró.

El informe también pone su foco de atención sobre las disidencias que nazcan en las Farc, que consideran que “podrían ser una fuente de nuevos conflictos”.

Además, se refiere a la presencia de minas antipersonal y restos explosivos de guerra en el territorio colombiano, lo que consideran un reto para las próximas décadas.

Harnisch aseguró que “son un cáncer para Colombia”, y pidió “actuar” y no sólo recordar que es el segundo país del mundo con más explosivos de este tipo sembrados en el territorio tras Afganistán.

El estudio insiste en que los avances en materia humanitaria, como la búsqueda de las personas desaparecidas, el desminado del territorio o la desvinculación de menores de las filas de las Farc, requieren de más celeridad para dar respuestas a las víctimas.

El estudio recuerda que en los últimos 26 años, 11.400 personas han sido registradas como víctimas directas de artefactos explosivos, de las que el 39 % son civiles.

“La enorme extensión de terreno afectado por estas amenazas y la falta de certeza sobre su ubicación hacen del desminado uno de los principales desafíos para el futuro del país”, destaca.

En referencia al inicio del cese el fuego bilateral entre el Gobierno y las Farc que comenzó el pasado 24 de agosto, el CICR aseguró que se reflejó en “una importante reducción de las confrontaciones armadas”.

Algunas zonas del país, que antes sufrían los efectos de constantes enfrentamientos, “hoy son testigos de una situación que ha mejorado significativamente”, subraya el informe.

Sin embargo, consideran que los avances en materia humanitaria requieren “de más celeridad y acciones concretas para dar respuestas a las víctimas”.

Para eso entienden que se necesita “voluntad política constante para que los afectados por un conflicto tan prolongado reciban la respuesta y la atención que merecen”.

Para Harnisch, la firma del acuerdo de paz no será suficiente para acabar con la violencia en Colombia.

En su opinión, para construir un país en paz es necesario “el esfuerzo de todos y tomará décadas”.

“Nuestra experiencia en el terreno nos indica que entre los desafíos más destacados para el país en los años venideros se cuentan los estragos de la violencia armada en zonas donde hay presencia de diferentes actores armados”, concluye.