La Policía Nacional, en desarrollo de la ‘Operación Agamenón’, neutralizó en Valencia (Córdoba) al quinto al mando de esta organización criminal, condenado a 40 años de prisión por el crimen de Carlos Castaño. ‘Era el principal cabecilla del narcotráfico en el Urabá antioqueño y cordobés’: Mindefensa.
A las 4:30 de la tarde de ayer, en una finca de la vereda Fabra, en jurisdicción del municipio cordobés de Valencia, la Policía Nacional de todos los colombianos puso fin a la carrera criminal de uno de los cabecillas más peligrosos de la organización ‘Clan del Golfo’.
En desarrollo de la ‘Operación Agamenón’, efectivos del Bloque de Búsqueda neutralizaron al hombre conocido en el mundo del crimen organizado como ‘Ramiro Bigotes’, jefe de seguridad de ‘Otoniel’, máximo cabecilla de esta organización mafiosa.
“Este delincuente no solo era el jefe de seguridad de ‘Otoniel’, sino también el principal cabecilla del narcotráfico en el Urabá antioqueño y cordobés”, sostuvo el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas Echeverri.
Por su parte, el director general de la Policía Nacional, general Jorge Hernando Nieto Rojas, agregó que ‘Ramiro Bigotes’, por cuyo paradero se ofrecía una recompensa de 150 millones de pesos, dirigía la producción de cocaína en laboratorios y cristalizadores ubicados en zona rural de Turbo, en Necoclí y San Pedro de Urabá, al igual que en varias zonas del departamento de Córdoba, especialmente en el municipio de Valencia.
Según la investigación, ‘Ramiro Bigotes’ también era uno de los principales articuladores del tráfico internacional de cocaína, en especial a través de rutas por varios países centroamericanos con destino a Estados Unidos y el mercado europeo.
Además, era el responsable de múltiples ataques y emboscadas contra la fuerza pública, que le costaron la vida a cinco policías y a un oficial del Ejército Nacional.
El capo abatido fue uno de los delincuentes que más rápido ascendió en la línea de mando del ‘Clan del Golfo’ hasta convertirse en la sombra de ‘Otoniel’. Era el encargado de negociar cargamentos de armas, equipos de comunicación y hasta los víveres y las provisiones para los integrantes de los anillos de seguridad del cabecilla.
La relación de los dos delincuentes se remonta a los tiempos de las desmovilizadas Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), cuando los dos delinquieron en el Bloque Centauros, en los Llanos Orientales.