Bogotá

Mañana se entregará la obra del deprimido de la 94 después de 10 años de retrasos

Tras casi una década de retrasos, prórrogas y sobrecostos, el Distrito logró en 15 meses destrabar y finalizar la construcción del deprimido de la calle 94, una obra que se había convertido en símbolo de corrupción e ineficiencia en Bogotá.

El intercambiador vial permitirá 18 giros, eliminará 7 cruces semafóricos y mejorará los tiempos de desplazamiento en esta estratégica zona del norte de la ciudad.

El Distrito vigiló permanentemente el desarrollo de los trabajos y dio instrucciones para que trabajaran en equipo, de forma eficaz, en sacar adelante la obra.

En noviembre del 2015, los vecinos del sector se quejaban de que los trabajos no avanzan con prontitud, debido a toda clase de problemas.

Por ejemplo, desde el 2014 varias entidades de la propia Administración se vieron enfrascadas en desacuerdos sobre la reubicación de la red matriz de acueducto Tibitoc, que atraviesa la obra y había paralizado su construcción. Esta red suministra agua a casi 4 millones de ciudadanos.

En enero de 2016, la directora del IDU, Yaneth Mantilla, lideró todos los trámites necesarios para trasladar la gigantesca tubería y reiniciar las obras detenidas. Así se logró el desvío de 725 metros lineales de la red matriz Tibitoc y el contratista pudo terminar las actividades retrasadas.

Además, la Administración les exigió un trabajo arduo al contratista y al interventor, y en los últimos meses trabajaron en jornadas extendidas hasta la madrugada. Los vecinos notaron la rapidez y eficiencia en la ejecución de la obra.

El trabajo del Distrito no sólo se concentró en la obra física. Para el alcalde Enrique Peñalosa la prioridad fue reducir el impacto que la obra generó en la movilidad de quienes habitan o transitan por el sector.

Para esto se concluyeron y se pusieron en servicio los nuevos carriles a nivel del costado oriental de la Avenida 9ª entre las calles 93Bis y 95.

Pocos meses después, el Distrito habilitó los nuevos carriles en el costado occidental, lo que permitió eliminar un contraflujo que se implementó en septiembre de 2014 y se había convertido en un dolor de cabeza para los conductores.