La astrónoma chilena María Teresa Ruiz, laureada con un premio de la Unesco, está convencida de que en la próxima década habrá noticias de vida en otros planetas, un descubrimiento que “cambiará la mirada sobre la Humanidad”.
“Sería muy raro que no la hubiera, habiendo tantas estrellas en la galaxia y tantas galaxias en el universo. Puede que sea una vida un poco distinta a la nuestra, pero yo creo que la hay”, dijo a la AFP en entrevista telefónica, antes de recibir este jueves en París el “Premio para las Mujeres y la Ciencia”, que otorga anualmente la Unesco y la empresa francesa L’Oreal a científicas de los cinco continentes.
Ruiz, de 70 años, recientemente nombrada primera mujer presidenta de la Academia de Ciencias de Chile, está colaborando en varios proyectos para buscar planetas extrasolares.
“Todos los grandes telescopios que van a empezar a abrir sus ojos en la próxima década tienen dentro de su justificación científica buscar planetas extrasolares”, explica la actual directora del departamento de Astronomía de la Universidad de Chile, en Santiago.
Y el presumible hallazgo de vida “cambiará nuestra mirada sobre la Humanidad”, porque una cosa es “sospecharlo y otra muy distinta es comprobarlo”, asevera.
Esta científica fue la primera mujer en diplomarse en astronomía en Chile y recibir el Premio Nacional de Ciencias. Contribuyó además a la instalación del radiotelescopio gigante ALMA en el desierto de Atacama, en el norte del país latinoamericano.
El premio fue otorgado a Ruiz por el conjunto de su trayectoria, donde destaca el descubrimiento de “Kelu 1”, una “estrella enana café” -similar a un exoplaneta pero más fácil de observar-, así como su trabajo con las estrellas enanas blancas, que permitió estimar la edad de la Vía Láctea en unos ocho mil millones de años.
“La gracia de Kelu es que apareció cuando no la estaba buscando” en el telescopio, explicó. Su nombre significa “rojo” en el idioma de los mapuches de Chile.
Ser mujer -dijo-, ha tenido sus ventajas y desventajas en su carrera.
“Las mujeres tenemos algunas habilidades que nos hacen la vida más fácil”. Así “ser interactiva es importante en la ciencia, de la misma manera que tener el ego mejor entrenado, de forma que no sea un impedimento para trabajar juntos y progresar en un tema”.
En cambio, lamenta que la sociedad “no esté preparada para facilitar” que las mujeres científicas brillantes, en edad de tener hijos, puedan dedicarse a la vez a su carrera y hacer su aportación para un “mundo mejor”.
Este premio a las mujeres científicas es otorgado desde 1998 y está dotado con 100.000 euros (108.000 dólares). Ruiz afirma que una parte de ese monto lo destinará a “la promoción de la ciencia entre las niñas” en los centros escolares en Chile, a través de iniciativas propias y con asociaciones que ya trabajan en este ámbito. Con AFP