Los países del Consejo de Seguridad de la ONU respaldaron hoy la marcha del proceso de paz en Colombia y animaron al Gobierno y a las FARC a mantener el impulso para tratar de cumplir con los calendarios establecidos.

Los quince Estados miembros analizaron la situación en Colombia en una reunión con el enviado de Naciones Unidas para el país y jefe de su misión allí, Jean Arnault.

“Estoy muy satisfecho al ver el progreso ya logrado”, dijo Matthew Rycroft, el embajador en la ONU del Reino Unido, el país que lidera el expediente colombiano en el Consejo de Seguridad.

Rycroft destacó que el Ejecutivo de Colombia “se ha comprometido a hacer de la paz una realidad para todos los colombianos, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han movido más de 6.800 miembros a las zonas de transición para empezar el proceso de desarme” y la misión de la ONU pone de su parte para que se pueda cumplir con las metas fijadas.

“Establecer y mantener el impulso en los primeros momentos es crítico”, dijo el representante británico, que avisó que también será “vital” que la implementación de la paz sea “sostenida”.

El embajador francés, François Delattre, se mostró también animado por los pasos dados ya por las partes en Colombia y apuntó que con el inicio efectivo de la desmovilización de las FARC el proceso entra “en una fase determinante”.

“Es importante, en este contexto, no subestimar los desafíos que plantea la transición hacia una paz sostenible y crear en los mejores plazos las condiciones necesarias para una reintegración pacífica de los desmovilizados”, señaló.

En una línea parecida, la representante estadounidense, Michele Sison, señaló que “se han hecho muchas cosas buenas”, pero también “queda mucho por hacer”.

Los dos países latinoamericanos del Consejo de Seguridad, Bolivia y Uruguay, también mostraron su total apoyo al proceso e hicieron un análisis positivo de lo visto sobre el terreno hasta ahora, a pesar de que se hayan experimentado algunas dificultades.

Entre las cosas que causan cierta preocupación en la ONU destaca la lentitud en la aplicación de ciertas partes del acuerdo como la construcción de los campamentos de las FARC, la implementación de la ley de Amnistía o los planes para la reintegración de los guerrilleros, según dijo Arnaud.

Varios países llamaron también la atención sobre las actividades de “actores no estatales”, incluido el Ejército de Liberación Nacional (ELN), y los ataques contra líderes comunitarios y defensores de los derechos humanos.

“Estos ataques son una amenaza a la confianza pública en el acuerdo de paz, especialmente en comunidades aisladas y vulnerables. Es necesaria una respuesta robusta y coordinada del Gobierno para asegurar la seguridad en todas las zonas abandonadas por las FARC”, dijo el representante del Reino Unido.

La embajadora colombiana ante la ONU, María Emma Mejía, señaló que es “prematuro afirmar que todos los homicidios” de los últimos meses “estén asociados a la labor de la defensa de los derechos humanos o que sean responsabilidad de organizaciones criminales sucesoras de los grupos paramilitares”.

El Consejo de Seguridad tiene previsto viajar a Colombia el mes próximo para respaldar el proceso de paz, una visita que se desarrollará entre el 3 y el 5 de mayo, según dijo hoy el embajador uruguayo, Elbio Rosselli, que será entonces el presidente de turno del Consejo.

Por otra parte, todos los miembros del órgano aprovecharon la reunión de hoy para reiterar a Colombia sus condolencias por la avalancha que asoló la localidad de Mocoa, capital del departamento de Putumayo (sur), y para ofrecer su apoyo.