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Las compras y el gasto de dinero son tan comunes que muchas veces se pasan por alto los pequeños errores que se convierten en deudas abismales imposibles de cubrir. Una forma de lograr bienestar en la vida económica es identificando lo que impide establecer una sana relación con el dinero.
Existen ciertos pecados capitales financieros que impiden llevar una vida económica saludable. Estos incitan a gastar más de lo debido y a adquirir deudas imposibles de pagar, por lo que es recomendable conocerlos y detectarlos aprovechando este tiempo de reflexión en semana santa para estar libre de pecado.
Resuelve tu Deuda presenta los siete pecados financieros que se deben evitar:
Lujuria: “Comprar por placer aun cuando no tiene con qué”
Los auto-préstamos o las frases como ‘gasto hoy y repongo el otro mes’ alejan cada vez más las metas que se plantean inicialmente. La reparadora de crédito Resuelve tu Deuda señala que “es mejor no caer en la tentación ya que todos los meses tenemos que cubrir los rubros del presupuesto y adicionar el monto que tomamos prestado puede resultar muy difícil”.
Pereza: “Ahorrar, ¿Para qué?”
Para ahorrar es necesario dedicar tiempo a conocer y ordenar nuestras finanzas. Tener cuentas claras de cuánto gana y cuánto gasta. Hacer una lista de sus ingresos y egresos ayudará a dar cuenta si hay algún rubro en el que esté destinando dinero de más y cuyo excedente pueda destinarse al ahorro.
Gula: “Comamos, gastemos y luego veremos”
De acuerdo con una investigación interna realizada por Resuelve tu Deuda, el 39 por ciento de los encuestados solo ahorra lo que le queda al final del presupuesto mensual o quincenal, por lo que es posible que al final no tenga nada e incluso, en caso de caer en excesos, que deba recurrir al crédito.
Para absolverse de este pecado – que es de los más comunes y practicados por la sociedad- lo ideal es crear una categoría de ahorro en su presupuesto para asumir este valor como otro deber financiero. Además, plantearse objetivos claros que motiven a ahorrar e interiorizar que el dinero es un medio para cumplir sus objetivos.
Avaricia: “Todo lo que veo es mío y lo que no, también”
No disfrutar del dinero también es un pecado. No sirve de nada acumular y acumular, lo importante es saber gastar de manera inteligente y nuestros ahorros destinarlos a productos financieros que nos generen mayores rendimientos.
›Ira: “Nunca tengo dinero para nada…”
Aquellos que pertenezcan a este grupo necesitan dos cosas: un cambio de mentalidad y un plan de acción para organizar su dinero. Iniciar con la realización de un presupuesto e identificar los gastos hormiga o compras innecesarias que está haciendo, ayudará a encontrar la fuente de ahorro.
›Envidia: “Todos pueden menos yo”
Tener conciencia de nuestros gastos y de nuestras deudas nos permitirá designar un presupuesto para diversión y darnos uno que otro antojo. La distribución ideal que recomienda Resuelve tu Deuda es del 70-30 en donde el 70 por ciento incluye vivienda, salud, educación y transporte, y el 30 por ciento se destina a ahorro, entretenimiento o gustos personales y pago de deudas.
›Soberbia: “Hoy por mí, mañana por mí”
En ocasiones, las personas que enfrentan problemas financieros no se atreven a aceptarlos por orgullo o miedo a quedar mal ante sus familiares y amigos. No enfrentar los problemas y seguir una vida cuyos lujos no podemos cubrir nos puede ocasionar que el problema siga creciendo. Es importante ser humilde y aceptar y enfrentar los problemas para poder resolverlos.
Un pecado adicional que se considera mortal es ahorrar de manera informal. En una encuesta realizada por Resuelve tu Deuda, el 81 por ciento de las personas que ahorran utilizan medios que no generan ningún rendimiento como cadenas entre familiares, cuentas de nómina, alcancías, entre otros.
Es importante ahorrar a través de métodos formales o fondos de inversión que generen una rentabilidad al menos equivalente a la inflación, para evitar que el dinero pierda su valor adquisitivo.
Reflexione y programe sus gastos para quedar libre de todo pecado cometido. Si, por el contrario, se ha comprometido con sus finanzas, celébrelo con sus seres queridos, pues se ha salvado del pecado económico.