El Consulado de Colombia en Valencia, solicitó a las autoridades competentes de ese país, celeridad en las investigaciones tendientes al esclarecimiento de los hechos que rodean la muerte del sacerdote colombiano quien pertenecía a la Congregación de los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca en Venezuela.
Según versiones, el sacerdote colombiano fue asesinado en Aragua, Venezuela cuando asaltaron la sede de la comunidad religiosa en la que se encontraba.
De acuerdo con Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, los restos fueron entregados a la Congregación a la que pertenecía por disposición de las autoridades venezolanas, siguiendo los preceptos y normas de la Orden Franciscana, para que fueran enterrados en su sede de la Casa Familiar Candelaria en la ciudad de La Victoria – Estado Aragua, como lo determinaron sus superiores que viajaron desde España para encargarse de su sepelio.
Por la decisión de su congregación y por cuanto el fallecimiento fue producto de un hecho delictivo violento, lo que hace imposible según la legislación venezolana una repatriación o una cremación hasta que el mismo deje de ser objeto de investigación, su cuerpo no pudo ser repatriado, y así se les informó a sus familiares oportunamente.