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Este lunes el defensor del Pueblo de Chocó, Luis Murillo, se refirió en el Diario El Espectador a la difícil situación que se vive en el departamento del Chocó al mencionar que: “Acá hay una guerra a la que poca atención le han puesto. La zona del Bajo Baudó es la que conecta con la salida hacia ale mar pacífico. Quien controla la región tiene el poder”.
Y agregó que el grupo armado que se imponga en el Bajo Baudó maneja las rutas del narcotráfico que tiene salida por el pacífico, y también pueden dar tránsito hacia Nariño y Putumayo, una zona de aumento constante de cultivos de uso ilícito.
Al mismo tiempo se suma la ruta de insumos para la producción de drogas y hasta tráfico de armas para sostener el conflicto.
Murillo hizo un llamado de alerta, como referencia la ola de secuestros que se están viviendo en Chocó: El 8 de abril, se dio el secuestro de tres personas de la comunidad de Bellaluz, se llevaron dos menores de 15 años y un adulto.
El defensor señaló que: “El 9 de abril, en la zona del Bajo Baudó y Nuquí, en la cabecera del río Jovi, había una familia realizaba labores de cacería. Tuvieron secuestrados durante 48 horas a un hombre y a un menor de 15 años”.
Luego el 11 de abril, secuestran otra persona de una comunidad denominada Puertoembra del que se desconoce su paradero.
Pero esta no es la única región en la que el conflicto se ha agudizado. La comunidad de Pichima, en el litoral de San Juan, también fueron víctimas de secuestro dos transportadores fluviales. De ellos aún se desconoce su paradero.
En la región está la presencia constante del ELN que mantiene la presión armada en la zona y aunque hace poco se celebraba que esta organización decidiera acogerse al Derecho Internacional Humanitario.