El problema es más que habitual pero, ¿es esta la solución más adecuada? Algunos expertos aseguran que los peligros son muchos y que, por lo tanto, es mejor tomar precauciones.
“Cuando conecta su teléfono o su tableta a esos enchufes públicos, por ejemplo en el aeropuerto, si un hacker se ha metido por ahí antes, podrá extraer información de tu dispositivo y tenerla a su disposición”, explicó Samuel Burke, reportero de tecnología de CNN, en un programa especial sobre el tema.
Usar un cable USB para conectar el celular a una computadora o tableta que no conoces tampoco es la mejor opción.
Según la empresa de ciberseguridad Kaspersky Lab, los celulares dejan totalmente expuestos una enorme cantidad de datos cuando están conectados a computadoras durante un proceso que se conoce como “handshaking” (apretón de manos, en español).
En ese intercambio de datos, el teléfono traspasa información a la computadora a través del cable. Y le “cuenta” a la máquina cómo se llama, cuál es su fabricante y su número de serie, cuál es su sistema operativo y hasta su lista de archivos.
De esta manera, el celular puede quedar “infectado” y es posible que alguien le siga la pista usando el ID del dispositivo, explican los especialistas de la consultora.
Es lo que se conoce como “vulnerabilidad de carga” y los hackers profesionales podrían estar al acecho.
Entre las consecuencias más habituales están: que el teléfono sea invadido con un malware (software malicioso) a través de programas informáticos malintencionados o que se infecte con un virus ransomware, capaz de bloquear archivos y pedir un rescate a cambio, aseguran desde Kaspersky Lab.
Algunos de estos virus se disfrazan de páginas oficiales superponiendo ventanas para obtener información personal y bancaria de correos fraudulentos (“phishing”).
“Juice-jaking”: el robo de archivos
La especialista en tecnología del diario estadounidense The New York Times, J. D. Biersdorfer, dice que el “juice-jaking” (la copia indiscriminada y sin consentimiento de los datos del teléfono) “ha sido probada en convenciones de hackers”.
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“Es completamente posible transferir software malicioso con un teléfono a través de la conexión USB desde una computadora o dispositivo en una estación de carga pública, como las de aeropuertos o centros comerciales”, explica Biersdorfer.
“En 2016, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC, por sus siglas en inglés) recomendó a los consumidores que no conecten un smartphone personal al sistema de entretenimiento a través de un puerto USB o conexión Bluetooth en autos de alquiler”, dice la experta.
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La razón, según Biersdorfer, es que el sistema es capaz de importar y almacenar datos desde su teléfono, como registros de llamadas, contactos y ubicaciones que has solicitado desde el GPS.
La FTC aconseja, en cambio, usar el puerto eléctrico del automóvil y un cable compatible, en lugar de conectarlo a la salida del USB.
Y este es sólo un ejemplo de “juice-jaking”.
El periodista de investigación Brian Krebs, especializado en cibercrimen y seguridad digital, explica en su blog que existen los mismos riesgos en puntos gratuitos de recarga de quioscos públicos.
“Algunas personas son capaces de enfrentarse a casi cualquier riesgo con tal de cargar la batería de su móvil”, asegura Krebs.
Las recomendaciones son:
Utiliza las funciones de cifrado y autenticación de su celular para proteger sus datos y archivos. Las encontrarás entre los ajustes de seguridad.
-Usa un buen antivirus.
-No cargue su celular en computadoras y puntos de carga que no sean de tu confianza.
-Si se arriesgas a cargarlo en un sitio menos confiable, no lo desbloquees durante la carga.
-Usa un cable USB especial que te permita cargar su teléfono y que, a la vez, evite el traspaso de datos.
-Cárgalo apagado.
-Proteja su teléfono con una buena contraseña.
-Sea cauteloso con las aplicaciones que instala. Con EFE