Hoy en día, es cada vez más común ver a los niños dedicando tiempo a ver televisión, jugando videojuegos y explorando las redes sociales o la internet en sus dispositivos móviles. Sin embargo, aquellos que pasan mucho tiempo en estas actividades, especialmente los que están en etapa escolar, se encuentran expuestos a desarrollar sedentarismo.
Claudia Cortés, Gerente de Nutrición, Salud y Bienestar de Nestlé de Colombia, da a conocer algunos síntomas del déficit de energía para que los padres estén atentos a sus hijos:
1.Fatiga. Por ejemplo, tras recorrer un trayecto de varios metros a un ritmo normal, luce cansado o con dificultad para respirar.
2.Mareo: Los experimentan fácilmente mientras camina o al ponerse de pie.
3.Falta de atención: Se les dificulta enfocar la atención y se ve disperso permanentemente.
4.Pérdida de peso: Su peso está por debajo del rango idóneo para su edad.
Retraso en el crecimiento: Su estatura está por debajo del rango idóneo para su edad.
“En muchas ocasiones, la preocupación que tienen los padres porque sus hijos estén bien alimentados se reduce a que los tiempos entre comidas no sean muy largos o las comidas estén balanceadas de acuerdo con la naturaleza de cada alimento (proteínas, carbohidratos, grasas). Sin embargo, no detallan la cantidad de energía que sus hijos consumen en el colegio y esto es clave tenerlo en cuenta para que la alimentación esté acorde con esto y, de esta forma, el niño no ingiera más alimentos de los que debe, pero tampoco le falten”, afirmó la nutricionista Cortés.
Según las Recomendaciones de Ingesta de Energía y Nutrientes- RIEN para la población colombiana de 2016, los niños en edad escolar (7 a 12 años) con actividad física ligera a moderada, tienen unas necesidades promedio de energía entre 1325 y 2350 calorías por día para cubrir los requerimientos propios de su crecimiento y desarrollo.
En esa medida, es importante no sólo que en las tres comidas principales y los refrigerios diarios los niños encuentren alimentos que aporten nutrientes, como proteína, vitaminas C, D y B12, y minerales, como calcio, hierro o fósforo, los cuales son fundamentales para diferentes funciones como la de los músculos y el normal desarrollo de los huesos, sino que también consuman carbohidratos que son una buena fuente de energía.