Por Mauricio Botero Caicedo
En Colombia, no cabe la menor duda, ocurren cosas muy singulares:
– El Proyecto de Ley que castiga el ausentismo parlamentario se hunde por falta de quórum. El senador Alfredo Ramos dijo que: “faltando una semana y con la velocidad en que funciona el Congreso, es muy difícil que se apruebe y el 20 de junio este proyecto definitivamente se va a archivar”.

Y agregó que: “Vamos a presentar nuevamente un proyecto contra el ausentismo que mejore la imagen del Congreso, que haga una reforma interna, que muestre una disposición real de cambio frente a la confianza que hay de los ciudadanos sobre su cuerpo legislativo. La idea es que sancione más drásticamente el ausentismo parlamentario”.

Lo único que se puede comentar es que pueden presentar todos los proyectos que les venga en gana para castigar el ausentismo. Siempre se van a hundir por falta de quórum.

– Uno pensaría que un gobierno que sólo tiene el 12 por ciento de aprobación, según encuesta de Yanhaas de 9 de junio pasado, estaría haciendo todo lo pasible para reconciliarse con la inmensa mayoría de los colombianos. Pero – y aún que quede cuesta arriba creerlo, amigo lector – lo único que hace este Gobierno es legislar y moverse para tener contentos a posiblemente la organización que más detestan los colombianos, organización que difícilmente cuenta con el apoyo del cinco por ciento del país: las Farc. ¿Alguien me la baraja?

– Uno pensaría que el principal fin del llamado ‘Acuerdo de Paz’ era desarmar a los guerrilleros. Pero no parece ser el hecho. El Gobierno confirma que más de 300 guerrilleros inician formación para integrar el esquema de seguridad de cabecillas de las Farc. O sea que es el mismo Estado es el que está volviendo a armar a los guerrilleros con la supuesta finalidad de proteger a los cabecillas de la organización ante los presuntos ataques de la indefensa sociedad civil. ¿Quién entiende tamaña bestialidad?