El presidente de EE.UU., Donald Trump, no seguirá progresando en el proceso de normalización con Cuba si no hay avances democráticos como “elecciones libres” en la isla, además de restringir los viajes de estadounidenses a la isla y las transacciones con el Ejército cubano, informó la Casa Blanca.
Trump anunciará este viernes que ha decidido “empezar el proceso de dejar claro al régimen de Raúl Castro que hay hitos muy específicos que van a tener que cumplir si quieren continuar con este tipo de relación”, dijo una alta funcionaria estadounidense, quien pidió el anonimato, en una conferencia de prensa.
Esos hitos incluyen la celebración de “elecciones libres” y la “liberación de prisioneros políticos”, añadió la fuente, horas antes de que Trump haga pública su decisión sobre la política hacia Cuba en un discurso programado para este viernes en Miami (Florida).
El mandatario no planea romper las relaciones ni deshacer los mecanismos diplomáticos que estableció su predecesor en la Casa Blanca, Barack Obama (2009-2017), pero tampoco planea profundizar en el proceso de normalización si el Gobierno cubano no está dispuesto a hacer concesiones en esos temas, según la funcionaria.
“Nuestra esperanza es que el régimen cubano vea esto como una oportunidad para implementar las reformas que prometieron hace un par de años”, señaló.
La Casa Blanca centra así su atención en el proceso de transición que comenzará pronto en Cuba, dado que Raúl Castro planea abandonar el poder en febrero de 2018 y en octubre de este año habrá elecciones municipales a las que algunos opositores quieren presentar candidaturas independientes.
“Vamos a tener una serie de reformas que harían muy difícil a quien sea el sucesor de Raúl (Castro) seguir implementando este tipo de Estado policial represivo, que está alimentado por las compañías controladas por el Ejército”, afirmó la funcionaria estadounidense.
Por tanto, Trump pedirá este viernes a los Departamentos del Tesoro y de Comercio que “desarrollen regulaciones para prohibir las transacciones (estadounidenses) con los servicios militares, de inteligencia y de seguridad” de Cuba, explicó otro funcionario.
Pero habrá excepciones a esa prohibición, entre ellas las que se refieran a “operaciones por mar y aire”, lo que exime a las aerolíneas y cruceros que llevan estadounidenses a Cuba.
También estarán exentas las transacciones relacionadas “con la operación de la embajada estadounidense (en La Habana), la operación de la base naval de Guantánamo, la promoción de la democracia cubana y la expansión del acceso de telecomunicaciones al pueblo cubano”, apuntó el funcionario.
Trump también buscará “asegurarse de que se aplica estrictamente la prohibición legal” a los estadounidenses de hacer turismo en Cuba, por lo que “acabará con los viajes individuales para hacer contactos con el pueblo cubano”, conocidos en inglés como “people to people travel”, añadió la fuente.
Los estadounidenses aún podrán hacer ese tipo de viajes en grupo y el permiso para viajar individualmente dando esa razón no se acabará hasta que el Tesoro emita regulaciones claras sobre el tema.
Aún será posible viajar a Cuba bajo las doce categorías de viaje permitidas por el Tesoro, pero los estadounidenses deberán guardar los recibos y documentos de su viaje por la posibilidad de que el Gobierno les someta a una auditoría para comprobar que no han violado la prohibición de negociar con el Ejército cubano.
Por otra parte, Trump ha decidido no restaurar la política por la que EE.UU. repatriaba a los inmigrantes cubanos que interceptaba en el mar (“pies mojados”) pero admitía a los que lograban tocar tierra (“pies secos”), que fue eliminada por Obama al final de su mandato, según la citada funcionaria. Con EFE