El Ministerio de Salud y Protección Social, a través de la dirección de Promoción y Prevención, estableció unas recomendaciones generales para evitar que los colombianos se enfermen en esta temporada del año y pasen unas vacaciones saludables.
Los cuidados en la exposición solar, el consumo de alimentos y bebidas y otras medidas de saneamiento básico son fundamentales para evitar enfermarse por zika, dengue, infecciones respiratorias, chikunguña y otras patologías evitables.
“Los colombianos somos primeros responsables del cuidado de nuestra salud. En ese orden de ideas, a quienes se dirijan a lugares de clima cálido –por debajo y hasta los 2.200 metros sobre el nivel del mar– recomendamos tener en cuenta el uso de repelentes, ropa adecuada para evitar picaduras del Aedes aegypti, mosquito transmisor del zika, dengue, chikunguña y fiebre amarilla”, dijo Elkin de Jesús Osorio Saldarriaga.
El director de Promoción y Prevención indicó otras medidas de prevención, como las que se relacionan con el cuidado del domicilio y sus alrededores. “Se deben tapar adecuadamente los tanques de almacenamiento de agua; lavar y cepillar fuertemente (con cloro), una vez a la semana, los recipientes en donde se almacena agua, como tanques, albercas, baldes, cubos, palanganas, entre otros; eliminar el agua limpia acumulada en recipientes, llantas, botellas, floreros y otros objetos; y destruir elementos donde se pueda acumular agua que puedan servir de criaderos de larvas”.
También alertó para que las personas acudan al médico en caso que haya algún signo de alerta. “Durante el paseo o al regreso a sus sitios de origen, deben estar pendientes de síntomas como fiebre, malestar general, dolor detrás de los ojos, dolor de huesos o en el abdomen. Si se presenta alguno de ellos, la persona debe acudir a un servicio médico e informar en qué zona estuvo”, explicó.
Sobre la exposición solar señaló que en lo posible evitarla entre las diez de la mañana y las cuatro de la tarde, porque es el período durante el cual la radiación solar es más potente. “Hay que mantenerse hidratado (preferiblemente con agua) y usar protector solar así como elementos de protección directa contra el sol (sombrero, gorra, gafas, entre otros)”, recordó.
Cómo elegir y usar el protector solar adecuado
• El número asociado a los protectores solares (30, 50, 90, etc.) es el factor de protección solar que corresponde a la cantidad en tiempo que un protector solar permite exponerse al sol sin que la piel se torne roja. Es decir, si a una persona se le enrojece la piel después de 10 minutos de exposición solar, un protector solar 50 lo protegerá 50 minutos adicionales, al cabo de los cuales deberá aplicarlo de nuevo.
• Usar el protector solar media hora antes de salir al sol. Hacerlo de manera abundante y homogénea, porque si se utiliza una capa muy delgada o se frota vigorosamente sobre la piel no se protegerá adecuadamente. El protector se debe renovar cada tres o cuatro horas para que actúe permanentemente.
• Si la piel es sensible a los rayos solares deberá utilizar prendas de manga larga para evitar quemaduras y daños.
• Hidratarse constantemente.
Otras recomendaciones
El Ministerio recomienda contar con el esquema de vacunación al día en toda la población, tanto infantil como adulta, verificando que si se desplazan a zonas con riesgo de fiebre amarilla, idealmente deben contar con esta vacuna que debió haber sido aplicada con 10 días de antelación al viaje.
Así mismo, para prevenir enfermedades transmitidas por agua no potable o alimentos en mal estado se deben tener en cuenta estos consejos que evitarán dolores de cabeza mientras descansa en vacaciones:
• Lavar las manos con agua y jabón, o con una solución de alcohol glicerinado, antes de preparar los alimentos y comer, después de ir al baño, al cambiar los pañales de un bebé, después de limpiar un niño que ha ido al baño, después de sonarse, toser o estornudar, antes y después de dar cuidados a un enfermo, después de tocar animales o sus desechos y cuando estén visiblemente sucias.
• Cocinar completamente los alimentos, especialmente los de mayor riesgo de contaminación, como carne, pollo y pescados.
• Mantener los alimentos a temperatura segura, ya sea fría o caliente.
• Evitar cocinar grandes cantidades de alimentos. Si estos no se van a consumir en un tiempo corto, y si no se tiene refrigerador, es preferible comprarlos frescos.
• Comprar los alimentos en sitios reconocidos y de confianza, especialmente los pescados, mariscos y crustáceos.
• Lavar las frutas y hortalizas con agua segura antes de su consumo.
• Fomentar la lactancia materna.