La oposición de Venezuela convocó a un plebiscito no oficial en poco menos de dos semanas para determinar si los ciudadanos quieren que se adelanten las elecciones presidenciales previstas para fines del 2018, en medio de una ola de protestas contra el Gobierno de Nicolás Maduro.
La consulta del 16 de julio, que no contaría con el aval del Consejo Nacional Electoral (CNE), preguntará también si el electorado respalda el plan del presidente de modificar la carta magna por medio de una Asamblea Constituyente, considerado por la oposición como un ardid para consolidar el poder del gobernante Partido Socialista (PSUV) y dilatar las elecciones.
Pero el Gobierno dice que necesita modificar la Constitución para pacificar el país, que vive incesantes protestas, por momentos violentas y reprimidas por las fuerzas de seguridad.
“El país y el mundo deben entender que este es un proceso democrático de retomar la Constitución”, dijo el lunes el presidente del Parlamento, Julio Borges, en un acto público realizado en un teatro de Caracas.
“Estamos preparados para iniciar las acciones que hay que iniciar para hacer valer la decisión del pueblo el 16 de julio. ¡Que sea el Pueblo quien decida!”, agregó.
La oposición preguntará también en el plebiscito si los votantes apoyan a las Fuerzas Armadas para “restituir el orden constitucional” y si están de acuerdo con la renovación de los poderes públicos y la conformación de un “gobierno de unidad”.
La consulta, que no tendrá carácter vinculante y que se celebrará dos semanas antes de la elección de los miembros de la Asamblea Constituyente impulsada por Maduro, busca ser un termómetro para medir el apoyo al polémico órgano que regiría sobre el resto de los poderes públicos.
Siguiendo Adelante Con El Plan
Maduro, que ha recibido exhortos de gran parte de la comunidad internacional para hallar una salida a la crisis política, dijo el lunes que la elección de los 545 miembros que se encargarán de modificar la carta magna sí se llevará a cabo.
“El pueblo tiene derecho a votar el 30 de julio y va a votar llueve, truene o relampaguee”, dijo en un acto público televisado en cadena nacional. “¡La Constituyente sí va!”
Los adversarios de Maduro acumulan tres meses en las calles en protesta contra la Constituyente y contra lo que dicen es una “dictadura” que acabó con las elecciones, apresa a disidentes y viola los derechos humanos.
El mandatario de 54 años, que reemplazó en el 2013 al fallecido Hugo Chávez, asegura por su parte que las manifestaciones, en medio de las que han muerto unas 85 personas, sólo buscan desbancarlo con el apoyo de Washington.
Según una reciente encuesta de la firma local Datanálisis, siete de cada 10 entrevistados están en contra de la propuesta de Maduro de reescribir la carta magna y 75,4 por ciento votaría para rechazarla.
Tras las críticas realizadas a su proyecto, el propio Maduro dijo a principios de junio que someterá a referéndum la nueva Constitución, pero la oposición ha expresado públicamente sus dudas respecto a la realización de esa consulta.
Los aliados de Maduro han dicho que la Constituyente anulará la Asamblea Nacional, dominada por la oposición, y destituirá a la Fiscal General, Luisa Ortega, quien se desmarcó del Gobierno, convirtiéndose en una crítica clave.
Ortega denunció el lunes que funcionarios de la Contraloría General de la República buscaron irrumpir por la fuerza en las sedes de la Fiscalía en todo el país con el objetivo de escudriñar su labor.
“Las puertas del Ministerio Público están abiertas para hacer todas las auditorías (…) Pero esa violencia, ese querer entrar por la fuerza, no fortalece la paz”, dijo Ortega en un discurso en la Asamblea Nacional.
“La oscuridad no dura para siempre, ni logra extenderse en su totalidad”, agregó. Reuters
Reporte adicional de Andreína Aponte y Alexandra Ulmer; Editado por Silene Ramírez y Pablo Garibian