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La FAO acompañará cumplimiento del acuerdo con las Farc sobre la reforma rural integral

Director de la FAO, José Graziano da Silva y el consejero Rafael Pardo.
–-La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, oficializó en las últimas horas en su sede en Roma, Italia, el acompañamiento que hará a la implementación del acuerdo número 1 del fin del conflicto firmado con las Farc relacionado con la reforma rural integral.

El plan integral de reforma del gobierno colombiano aspira a beneficiar a unos 14 000 pequeños agricultores y requiere diálogo con los grupos locales para generar y poner en marcha programas que involucren a las comunidades en sus respectivos Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial, destacó en el acto el alto consejero presidencial para el posconflicto Rafael Pardo Rueda.

Sobre el papel de la FAO en el posconflicto, Pardo hizo las siguientes precisiones:

A su turno, el Director General de la FAO, José Graziano da Silva anunció que en desarrollo del acompañamiento la organización de la ONU proporcionará asesoramiento técnico a tres nuevas instituciones que entran a operar en la etapa del posconflicto: la agencia nacional de tierras, la agencia de desarrollo rural y la agencia para la renovación del territorio.

Da Silva destacó que el progreso alcanzado por Colombia con la utilización del desarrollo rural como instrumento para conquistar la paz después de más de medio siglo de guerra civil pueden “llenar al mundo entero de esperanza y de enseñanzas”.

“El único camino hacia la paz es el camino del diálogo, la negociación, la cooperación, la inclusión y la equidad, que es también el camino hacia el desarrollo sostenible donde nadie se quede atrás”, dijo Graziano da Silva.

“Todo el mundo espera que lo que está sucediendo en Colombia pueda ser un ejemplo para otros lugares del mundo”, añadió.

Advirtió que los 53 años de conflicto armado llegaron a su fin a principios de este mes cuando los miembros del grupo rebelde de las Farc entregaron sus armas en el marco de un Acuerdo de Paz negociado en los últimos años y formalizado en 2016. Las tierras, las prácticas agrícolas y los medios de subsistencia de la población siguen sufriendo las consecuencias de un conflicto que afectó a gran parte del país.

Rafael Pardo indicó que el gobierno colombiano está implementando más de 80 leyes especiales y numerosos programas para poner en marcha el acuerdo de paz, que incluyen planes de electrificación rural, reconversión laboral y programas de apoyo a los ingresos económicos de los ex miembros de las milicias, e incentivos fiscales para empresas que construyan infraestructura pública.

También ha diseñado una campaña de gran alcance para eliminar las minas antipersona – Colombia es, después de Afganistán, el país con mayor número en su territorio-, en la que los ex miembros de las Farc tienen un papel clave.

El plan integral de reforma del gobierno colombiano aspira a beneficiar a unos 14 000 pequeños agricultores y requiere diálogo con los grupos locales para generar y poner en marcha programas que involucren a las comunidades en sus respectivos Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial.

“Es en la zona rural fue donde se desarrolló el conflicto y, debido al conflicto, las oportunidades de los colombianos que viven en estas regiones son muy inferiores a las de los colombianos que viven en las ciudades”, señaló el ministro para el Posconflicto, Derechos Humanos y Seguridad, Rafael Pardo, que ha sido un acto fundamental para la paz en el país.

El ministro destacó que, gracias a su “amplísima experiencia y presencia en Colombia”, la FAO será la encargada de hacer el “acompañamiento fundamental a todo el desarrollo rural durante los 15 años de implementación del acuerdo”.

El papel central de la reforma agraria y la tenencia de la tierra

Pardo también destacó la creación, con la ayuda de la FAO y otras instituciones, de un catastro para la formalización de tierras. Las cuestiones relativas a la tenencia de la tierra son fundamentales para reactivar el enorme potencial agrícola de un país que sólo utiliza una cuarta parte de su superficie agrícola cultivable, en cuyo campo el conflicto desarraigó a millones de hogares y donde, a pesar de claros esfuerzos, todavía existe un extendido cultivo de coca.

El ministro describió los programas del Gobierno colombiano para incentivar a los agricultores a abandonar el cultivo de la hoja coca y a sustituirlos por cultivos alternativos, confiando en que más de 50 000 familias se sumen a estos planes antes de finales de año.

El ejemplo de Colombia para otros países en conflicto

“Cada país tiene sus propios procesos y dinámicas pero, esencialmente, es el dialogo lo que permite que haya solución a los problemas,” afirmó Pardo.

Lo más importante de la lección del acuerdo de paz colombiano, dijo, es que va mucho más allá de los temas tradicionales de un acuerdo de paz: desmovilización, desarme y reintegración (DDR). En su opinión, el acuerdo de paz en Colombia es un acuerdo “comprensivo” que pretende “transformar la vida rural y mejorar las condiciones de vida de los habitantes de las zonas rurales dispersas”.

El ministro también destacó el estrecho vínculo entre paz y seguridad alimentaria. “Es uno de los requisitos fundamentales para que haya paz en las regiones más pobres del planeta. Una población que no tiene garantizada la seguridad alimentaria no tendrá posibilidades de paz”, puntulizó. (Con información de la FAO).