En momentos en que la joven patrullera culminaba su servicio de apoyo a un evento de carácter deportivo en el barrio Gaitán de la capitál amazonense, al cual había asistido con un grupo de cinco jóvenes auxiliares bachilleres para garantizar la seguridad y normal desarrollo del evento; fue alertada sobre la presencia de un conjunto de adolescentes que armados con piedras pretendían fomentar riñas con otra bandada que hacían presencia en el sector.

La uniformada en compañía de su grupo de auxiliares bachilleres procedió a requerir a estas personas para un procedimiento de requisa, ante lo cual emprendieron la huida y tras ingresar a una vivienda aledaña de donde segundos después salieron armados con machetes y cuchillos para arremeter con determinación contra el grupo de uniformados.

La superioridad numérica de los agresores instó a la joven mujer policía a tomar posición al frente de sus auxiliares bachilleres y de forma firme alertar al “líder” del grupo de agresores a que soltara las armas (cuchillo y machete), hecho que fue ignorado por el enardecido quien por el contrario arreció su ataque lazándose contra la patrullera, situación que conllevó a que la profesional de policía lo controlara en un acto de valentía con lo cual logró cesar la agresión, detener el resto de jóvenes que lo seguían y de ésta forma controlar la situación.

La determinación y valentía de la joven al igual que su profesionalismo y arrojo evitó una tragedia que finalizó con la judicialización de este ciudadano por violencia contra funcionario público.