Por: Carlos Fradique-Méndez
Abogado de Familia y para la Familia
DIPLOMADO EN EDUCACIÓN PARA LA VIDA EN FAMILIA (145)
¿VOLVEREMOS A CELEBRAR BODAS DE MATRIMONIO?
¿Volveremos a celebrar bodas de madera a los 5 años, de aluminio a los 10, de cristal a los 15, de porcelana a los 20, de plata a los 25, de perla a los 30, de coral a los 35, de rubí a los 40, de Zafiro a los 45, de oro a los 50, de esmeralda a los 55, de diamante a los 60, de platino a los 65?
Si en esta época el promedio de duración de un primer matrimonio es de 8 a 10 años, la esperanza de celebrar estas bodas es solo una ilusión. Personalmente creo que es necesario que la sociedad y el Estado se propongan recuperar el compromiso en la familia y la voluntad de permanecer unidos por largo tiempo.
Los segundos matrimonios tienen poca opción de ser duraderos.
Los terceros ya en la edad madura pueden permanecer como solución económica y para evitar la vida en soledad. Los cuartos y quintos de muy poco sirven. Por supuesto que hay excepciones.
Lo que no se entiende bien es que el primer matrimonio sea como un mal experimento a ver “si la cosa funciona”. Y más grave si se procrea y más grave si son varios hijos, que al final serán abandonados.
HAY QUE TENER EN CUENTA LAS CONVIVENCIAS
En estos primeros matrimonios hay que tener en cuenta las convivencias que llaman de amigovios. Personas que conviven la mayor parte del tiempo, salen a pasear, comparten vida sexual, hacen proyectos, a veces tienen hijos de manera que no se acerca al mejor modelo de progenitura responsable, viven en verdadero matrimonio y estas experiencias serán claves para cuando decidan vivir continuamente bajo el mismo techo.
Muchas parejas en el mundo actual han comenzado su convivencia sin conocerse y solo por deseo sexual o por apariencia social. Es como si un marino tomara su nave sin brújula. O un piloto de avión despegara sin rumbo cierto y sin ayudas de navegación.
¿Cómo pueden adquirirse las ayudas de navegación en el viaje casi siempre imaginado como feliz en el matrimonio?
Los terapeutas de familia, los orientadores de familia, los demás profesionales afines con la institución familiar tienen diagnósticos de gran importancia, pero los jóvenes de hoy no los tienen en cuenta. No les interesa navegar con seguridad en su vida de pareja.
¿QUE ES EL MATRIMONIO?
Es el más importante contrato que celebran un hombre y una mujer que genera obligaciones de convivir, ayudarse, socorrerse, más en la adversidad que en la prosperidad, garantizar de manera responsable la especie humana. Sostener y criar los hijos durante por lo menos 18 años y ayudarles hasta los 25 cuando se asume que han terminado su formación académica básica. Ser célula fundamental de la sociedad, garantizar en su seno los derechos humanos y contribuir al progreso de la sociedad y de la Nación.
CLASES DE MATRIMONIO
No podemos ignorar que hay varias clases de matrimonios y que vale la pena insistir en los dos más comunes, a saber: 1) El matrimonio ceremonia que es el celebrado ante religioso, juez o notario y, 2) el matrimonio consensual mal llamado unión marital de hecho y con menos acierto, unión libre. Desde tiempo inmemorial se ha dicho que la Unión marital de hecho está formada por hombre y mujer que viven a la manera de como si fueran casados. Y si el matrimonio no es la ceremonia, sino la renovación día a día de la voluntad de formar una excelente empresa familiar, entonces la diferencia entre el matrimonio ceremonia y el matrimonio consensual es más de forma que de fondo.
REQUISITOS MÍNIMOS PARA CELEBRAR EL CONTRATO DE MATRIMONIO
El matrimonio no es solo decidir vivir juntos, así sea en la casa paterna o en arriendo de una modesta habitación. Antes de
celebrarlo hay que tener las ayudas propias de la navegación y los recursos de todo orden para llegar bien al puerto deseado.
Me atrevo a resumir estas ayudas y requisitos en los siguientes ítems:
1) Haber tenido un noviazgo responsable. Tiempo suficiente para conocer a la persona. Incluye el pasado. Noviazgo no es lo mismo que convivir o pasear todos los fines de semana.
2) Edad biológica que sea compatible con madurez psicológica. La niñez y la adolescencia son para formarse, prepararse, vivir sin dependencias, ser feliz.
3) Preparación académica con ánimo de permanente actualización que permita compartir una cultura básica pero agradable. No me refiero a doctorados.
4) Capacidad económica para atender los gastos básicos, tales como vivienda, alimentación, salud, desplazamientos, vestuario, formación académica, ahorro, seguridad social, imprevistos.
5) Saber que haya afinidad de gustos o por lo menos que no haya gustos excluyentes.
6) Cultura de tolerancia, de respeto, de solidaridad.
7) Sinceridad en el compromiso y en el comportamiento honrado con la pareja.
8) Tener pleno conocimiento de que la vida en pareja es para compartirla en la felicidad y en la adversidad. Seguramente más en estas etapas difíciles de la vida que son frecuentes.
9) Tener formación de comprensión, perdón, resiliencia y saber emprender el camino cada mañana, porque cada día es como un nuevo renacer. Hoy no somos lo que fuimos ayer, ni lo que seremos mañana.
10) Capacidad para resolver conflictos y superar las normales dificultades de la vida en pareja que es como una larga carrera en bicicleta, o un viaje por campo traviesa, un Cross-country en equipos.
En la próxima columna seguiré desarrollando este tema.
Cultivemos la paz, el amor y la concordia en nuestras familias, en nuestra sociedad y en Colombia para tener personas que rindan honor a su cultura de bondad para solucionar con prudencia sus conflictos.
Bogotá, del 7 al 13 de agosto de 2017.
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