Además de graves inundaciones, el ciclón Harvey ha afectado la producción y refino de petróleo en una zona fundamental para la industria petrolífera de EE.UU., lo que ya está forzando al alza el precio de la gasolina en el país.
Las copiosas lluvias y resultantes inundaciones han provocado el cierre de numerosas plantes de refino de petróleo en el área de Houston, que concentra más del 15 % de la capacidad total de EE.UU.
“Son unas lluvias de proporciones bíblicas justo sobre el centro de la industria de refino”, afirmó John Auers, vicepresidente ejecutivo de la consultora Turner, Mason & Co.
Exxon Mobil anunció el fin de semana el cierre de su refinería de Baytown, la segunda más grande de EE.UU., mientras que Shell, Phillips 66 y Valero han detenido la producción en varias de las plantas a lo largo de la costa del Golf de México en Texas.
Además, el oleoducto Colonial, conocido como “el río Misisipí del combustible” y que une Texas con Nueva Jersey, está comenzando a registrar problemas por la enorme magnitud de las inundaciones.
Colonial tiene capacidad para transportar más de 2 millones de barriles de gasolina al día, por lo que de agudizarse la situación podría provocar escasez en el suministro, cuyos efectos se percibirían en Nueva York, Washington o Atlanta, entre otros lugares.
Este lunes, el precio de gasolina en el mercado de futuros de Nueva York para entrega en septiembre se disparó hasta 1,72 dólares el galón (3,78 litros), con casi un 7 % de subida, lo que supone el mayor alza en un solo día en los últimos tres meses.
Aunque los precios se moderaron algo hoy martes, la tendencia alcista se prevé que se mantengan en los próximos días.
Patrick DeHaan, analista de la web GasBuddy que supervisa la evolución de los costes del combustible para automoción, subrayó que “por supuesto, los precios van a subir”.
El precio medio de la gasolina en EE.UU. para los consumidores esta semana se ubicó en 2,37 dólares el galón, un 4 % por encima de la semana pasada.