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Papa Francisco declaró beatos a Monseñor Jesús Emilio Jaramillo y al padre Pedro Ramírez

–En desarrollo de la multitudinaria misa que oficia este viernes en Villavicencio, el Papa Francisco declaró beatos, como mártires, a Monseñor Jesús Emilio Jaramillo, obispo de Arauca y al sacerdote Pedro Ramirez, párroco de Armero, muertos violantemente en medio de la guerra en Colombia.

La proclamación la hizo en pontífice haciendo el siguiente pronunciamiento:

“Acogiendo el deseo de nuestros hermanos Jaime Muñoz Pedroza, Obispo de Arauca, y Fabio Duque Jaramillo, O.F.M., Obispo de Garzón, así como de otros muchos hermanos en el Episcopado y de numerosos fieles, después de haber escuchado el parecer de la Congregación de las Causas de los Santos, con Nuestra Autoridad Apostólica declaramos que los Venerables Siervos de Dios Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, del Instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal, Obispo de Arauca, y Pedro María Ramírez Ramos, Sacerdote diocesano, Párroco de Armero, mártires, que, como pastores según el corazón de Cristo y coherentes testigos del Evangelio, derramaron la sangre por amor a la grey que les fue confiada, de ahora en adelante sean llamados Beatos, y se podrá celebrar su fiesta cada año, en los lugares y en el modo establecido por el Derecho, el 3 y el 24 de octubre respectivamente. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. C. Amén”.

Como se sabe, monseñor Jesús Jaramillo Monsalve, Misionero Javeriano de Yarumal, fue asesinado por la guerrilla del autodenominado Ejército de liberación nacional, Eln, en 1989.

A su vez, el padre Pedro María Ramírez Ramos, fue muerto a machetazos en 1948 por una turba que irrumpió en la iglesia de Armero en medio de la revuelta que suscitó en el país el asesinato del lider liberal Jorge Eliecer Gaitán en Bogotá.

A Pedro María Ramírez, párroco de la iglesia San Lorenzo en Armero, lo sorprendió en esa población tolimense la violenta reacción popular tras el asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948 en Bogotá.

A Ramírez Ramos, oriundo de La Plata, sus victimarios le quitaron la vida a machetazos el 10 de abril por negarse a abandonar ese municipio.
Ese crimen se sumó a los miles de hechos cruentos perpetrados durante las siguientes décadas.

En Arauca

Más de 40 años después, el 2 de octubre de 1989, el infatigable brazo de la violencia alcanzó en la carretera Fortul-Tame, Arauca a monseñor Jaramillo Monsalve, quien viajaba en un campero con otros religiosos cuando fueron interceptados por integrantes del Eln.

Tras identificar a los ocupantes del vehículo los insurgentes retuvieron a Jaramillo con quien querían conversar y enviar un mensaje al gobierno.

Al día siguiente el cuerpo de monseñor Jaramillo fue encontrado con múltiples heridas de proyectiles de fusil cerca al sitio donde fue interceptado.

Los crímenes de Ramírez y Jaramillo fueron perpetrados por móviles diferentes y en muy distintas épocas de la violencia; sin embargo, esos homicidios separados en el tiempo y por el espacio desembocan en el caudal de violencia que por tantos años ha recorrido el territorio colombiano.