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Somos un mundo en pedazos, la gente sufre y está enojada, afirma jefe de la ONU Antonio Guterres

–“Nuestro mundo tiene problemas. La gente sufre y está enojada. La gente ve que la inseguridad y la desigualdad aumenta, que los conflictos se propagan y el clima cambia…Las sociedades están fragmentadas…Somos un mundo en pedazos, necesitamos ser un mundo en paz”. Estas palabras corresponden al secretario General de la ONU Antonio Guterres en su intervención este martes en la asamblea número 72 del organismo internacional.

Por eso, Guterres hizo un llamado a los líderes mundiales a afrontar los grandes desafíos de la humanidad con un espíritu solidario y de unidad que refleje los principios de la Carta de las Naciones Unidas.

Entre los asuntos más urgentes, Guterres citó los lanzamientos balísticos de Corea del Norte y el peligro de una catástrofe nuclear que conllevan.

Insistió en que la solución a las tensiones en la península de Corea debe ser pacífica y emanar del diálogo.

La escalada de tensiones sectarias en el estado de Rakhine, en Myanmar, fue otra de las graves crisis abordadas en la alocución del titular de la ONU, quien enfatizó la violencia que ha generado un éxodo de la minoría Rohingya hacia Bangladesh, colocando en riesgo la estabilidad de la región.

“Las autoridades de Myanmar deben poner fin a las operaciones militares y permitir el acceso irrestricto de la ayuda humanitaria. También deben atender los reclamos de los Rohingya, cuyo estatuto se ha dejado sin resolver por demasiado tiempo”, apuntó.

Guterres habló también del avance del terrorismo y afirmó que para combatir ese flagelo son cruciales tanto la cooperación internacional como políticas que aborden la pobreza e injusticias que facilitan la radicalización y los discursos de odio.

Con respecto a los conflictos en Siria, Yemen, Sudán del Sur, Afganistán y otros países, reiteró que ninguna de las partes ganará esas guerras ni erradicará el terrorismo, aseverando que en todos los casos la solución debe ser política.

El Secretario General destacó la migración como un reto que, bien gestionado, podría ayudar a la unidad del mundo. Sostuvo que a la par de una crisis de refugiados, la comunidad internacional enfrenta una crisis de solidaridad en la que algunos países han cerrado las puertas y respondido con hostilidad.

Recordó que la mayoría de los migrantes preferirían quedarse en sus países si no fueran víctimas de violencia, persecución o pobreza extrema y abogó por hacer de la migración una opción, no una necesidad.

“Yo mismo soy un migrante, igual que muchos de ustedes. Pero nadie espera que arriesgue mi vida en un bote precario o que cruce el desierto en la caja de un camión para encontrar trabajo fuera de mi país. La migración segura no debe ser sólo para la elite global”, acotó.

Guterres se refirió, por otra parte, al aumento de la temperatura en el planeta y al peligro que esto supone para millones de personas. Enfatizó que el número de desastres naturales se ha cuadriplicado en los últimos 50 años.

“Es el momento de acabar con las emisiones suicidas. Sabemos lo suficiente como para actuar ya. La ciencia es irrefutable. Urjo a los gobiernos a implementar el histórico Acuerdo de París y a fijarse metas aún más ambiciosas”, conminó.

Finalmente, el Secretario General refrendó su compromiso con la reforma de la ONU para hacerla una Organización más eficiente que sirva mejor a quienes la necesiten.

El multilateralismo es más importante que nunca, sólo juntos podemos hacer realidad la promesa de la Carta de las Naciones Unidas y conseguir la dignidad humana para todos, concluyó Guterres.