
En el comentario, titulado «el caos en Cataluña», el influyente diario neoyorquino subraya que «la brutalidad de la policía española el domingo en su misión de cerrar el referéndum de la secesión catalana logró en su mayoría profundizar una crisis política. El primer ministro Mariano Rajoy tenía la ley en gran medida a su favor, pero ahora Barcelona tiene las imágenes de televisión y la solidaridad y simpatía que generan, dejando al primer ministro como un bully (matón) intransigente y haciendo más remota cualquier resolución política del conflicto».
Indica empero, que aunque los catalanes fueron suprimidos bajo la dictadura franquista, Cataluña hoy no puede pretender ser colonizada ni oprimida. La región tiene uno de los más altos niveles de vida en Europa, junto con una considerable autonomía política y cultural. Pero entonces, argumentan los nacionalistas catalanes, también lo hicieron Quebec y Escocia, y se les permitió celebrar referendos (y votaron por no separarse).
Tambien reseña: En España, el gobierno y los tribunales respondieron, la Constitución de 1978, por la que los catalanes votaron abrumadoramente, consagró la «unidad indisoluble de la nación española». Esto hizo inconstitucional el referéndum de independencia y cuando el gobierno regional catalán se negó a cancelarlo, El gobierno conservador del Sr. Rajoy ordenó medidas extraordinarias -incluso la detención de los organizadores del referéndum y el envío de agentes de policía españoles- para prevenirlo. El movimiento de la independencia catalana, por otra parte, encontró poco apoyo de una Unión Europea nervioso sobre el aumento de los movimientos populistas y nacionalistas en la mayoría de sus Estados miembros.
El hecho, sin embargo–continúa diciendo–, es que una ronda caótica de enfrentamientos electorales y policiales tuvo lugar el domingo en Barcelona y en toda Cataluña. El líder catalán, Carles Puigdemont, afirma ahora que tiene la autoridad para que el parlamento regional declare su independencia, y los defensores de la independencia han pedido una huelga general. Madrid ha amenazado con utilizar poderes de emergencia para evitarlo. Esto podría incluir el control administrativo total de Cataluña.
Finalmente The New York times precisa que «todo esto equivale a una crisis que podría llegar a ser mucho peor si los líderes contendientes no retroceden. Las tácticas de brazos armados por parte del gobierno español sólo atraerán más apoyo a los secesionistas catalanes, mientras que avanzar con una declaración de independencia indebida, cuyo verdadero apoyo no era posible medir a partir de la caótica votación sólo sumergirá Cataluña en más caos y conflicto . Existen soluciones políticas potenciales, probablemente con mayor autonomía para Cataluña, pero mientras el señor Rajoy y el señor Puigdemont sigan siendo intransigentes, éstas permanecerán fuera de su alcance.
La jornada electoral se saldó con 893 personas atendidas por los médicos debido a agresión policial, según el Departamento de Salud catalán; por su parte, el Ministerio del Interior de España menciona que hay 431 agentes heridos.
El 1 de octubre tuvo lugar un referéndum de autodeterminación en Cataluña convocado de manera unilateral por el Gobierno catalán, una consulta que se celebró pese a que el Tribunal Constitucional de España la había declarado ilegal.
En esa votación participaron 2,2 millones de personas, de las que un 90% optó por la opción independentista, lo que según el Gobierno catalán le otorga el derecho de constituir una nueva república independiente.
El Gobierno central, en cambio, no reconoce la validez de ese referéndum porque fue declarado contrario a derecho por el Tribunal Constitucional y, además, porque a su modo de ver no cumplió un mínimo de garantías procedimentales.