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Opinión

VAN 2 AÑOS Y FALTAN 2.

Por: Diego Calle Pérez.
CORTO Y PUNTUAL
El próximo 25 de octubre se cumplen 2 años de haber sido electos los 1.099 alcaldes que representan la parte civil de los municipios de Colombia, según el censo electoral de 2015, presentado por la Registraduria del Estado Civil.

Los 1.099 municipios de Colombia se dividen en 6 categorías de acuerdo al número de habitantes y eso promedia el número concejales y a su vez el número de diputados por departamento. Los municipios cuentan con un fisco municipal de lo recaudado en el predial, industria y comercio y por las regalías, para no detallar los otros rubros por nación y departamento.
Algunos alcaldes ya tienen experiencia y llegan a su tercera alcaldía, otros a la segunda y una gran mayoría de primíparas y primíparos avalados por el alcalde saliente o por el diputado influyente, con el senador y su pareja en la cámara de representantes. Muchos alcaldes llegan por aletazo de buena suerte y otros por sus propuestas de campaña, que al llegar deben de cambiar en su plan de desarrollo y someter sus buenas intenciones al presupuesto dejado por las deudas del anterior.
Las obras del anterior pueden catapultar al entrante o dejar cuentas para saldar deudas y empezar con lo que tanto les adeuda por nominas y jubilados. En muchos municipios escasamente quedan funcionarios de carrera administrativa, que se cuentan en los dedos de la mano y desde el alcalde entrante hasta el portero es relevado.
En muchos municipios, ya el alcalde no satisface y algunos promueven la revocatoria con los recursos del estado, para iniciar la nueva campaña que lo más seguro en dos años los lleva a suceder al que buscan sacar por la ventanilla del solar.
Otros alcaldes hacen la gestión y buscan como sea mostrar indicadores de resultados a como dé lugar, traen a sus fiestas tradicionales los artistas más sonados de la parranda vallenata, la guasca y el despecho. Lo importante es tener el pueblo contento, sin importar el hospital, la carretera veredal, el acueducto que se tiene en el plan de desarrollo, las calles por pavimentar, el restaurante escolar y la biblioteca municipal.

La infraestructura del municipio se puede financiar con las obras que ayuda la gestión del gobernador y uno que otro diputado acelera los proyectos si tiene buena conexión con los secretarios del despacho departamental. Los concejales del municipio pueden ayudar siempre y cuando estén entre los afectos del alcalde. Las coaliciones son necesarias para avanzar en los acuerdos municipales y desde lo local podemos ver el hambre que se puede aguantar.
Cada municipio parece un feudo medieval, al mejor estilo de las novelas de Alejandro Dumas, las herencias de muchos alcaldes consisten en hacer lo mismo que el anterior. La carretera que falta por adoquines, mejorar la pintura de las escuelas, dotar de mejor equipos la alcaldía. Casi ninguno mejora en la educación vial, en disminuir el sisben, en planes y programas para la ruralidad, pocos buscan explicar su avance en los barrios y las veredas. Esperan la rendición de cuentas para anexarle la cajita del refrigerio, el sancocho o terminar con un festejo navideño.
El tema es largo y hay argumentos con mucho contexto. Se podría hasta plantear un ordenamiento territorial, es necesario y de mucha actualidad para un país que avanza en temas de paz y equidad. No podemos terminar sin mencionar que las FARC podrían ser los más llamados a cuestionar el tema, pero la agenda pactada en la Habana no dejo tiempo para uno de los pilares fundamentales de la Colombia del futuro. Cada cuatro años los alcaldes de turno afrontan el cambio en el capitolio nacional y el sucesor presidencial, la ley de garantías atrasan obras y gestiones donde: Van 2 años y faltan 2.