Por. Diego Calle Pérez.
CORTO Y PUNTUAL
Hace 50 años, la mayoría de las ciudades del mundo en desarrollo eran débiles y dependientes criaturas de gobiernos que dependían de las llamadas potencias. Las ciudades comúnmente eran culpadas de fallar en la solución de problemas evidentes que en la mayor parte no eran de su propia creación. Hoy día, las ciudades están comenzando a ver, y muchas de ellas a actuar, sobre el potencial latente que poseen como vehículos de cambio.
Por ahora el mundo es muy consciente de que el planeta se ha urbanizado. Los responsables de hacer política no siempre son tan conscientes de que este proceso histórico a largo plazo se desarrolla de manera desigual. Venezuela es el mejor ejemplo que podríamos nombrar dentro de nuestra muestra aleatoria. Caracas, estaba tomando alientos de metrópoli cosmopolita al igual que Buenos Aires hasta la llegada de Hugo Chávez. Quito en los últimos años, abre sus puertas a nuevos cambios en su estructura urbana. Bogotá sigue enfrascada en el tema del metro y Medellín avanza con el cable a los distintos barrios, para el 2027 el transporte de la ciudad será una telaraña administrada por la alcaldía y el metro como aliado, con algunos privados.
Los conceptos que se pueden explorar son muy amplios y se darán a conocer en otros espacios y columnas de este enfoque. Las ciudades más exitosas, las innovadoras, reformistas y supervivientes en la carrera competitiva hacia el talento y el poder económico, exhiben un patrón de adquisición deliberado y sistemático de conocimiento. Las buenas prácticas en las ciudades exitosas ofrecen algunos ejemplos por mencionar: Ciudad del Cabo y Buenos Aires aprovecharon la renovadora experiencia ribereña de Baltimore y Londres. Da Nang tomó lecciones de Japón en la conversión y regulación del terreno urbano, los centros regionales en Rajashtan, en el norte de la India, están siguiendo las lecciones de expansión de infraestructura y buena disposición para los negocios que sus ciudades pares desarrollaron en el sur y en la parte central del país.
Las ciudades colombianas, las que referenciamos como las capitales de cada departamento, pueden lograr un aprendizaje la una de la otra, si se logra un intercambio de ideas, propiciando el contexto de las redes públicas y privadas que articulen vivienda, educación, salud y centros comerciales como lo que se está generando en Montería en los últimos 12 años.
Para lograr un plan de desarrollo, acorde a la promesa real de un crecimiento equilibrado entre ciudades, se debe de crear las condiciones de un aprendizaje continuo e innovador como lo han hecho ciudades como Barcelona, Bilbao, Curitiba y mucho antes Nueva York.
Cientos de ciudades alrededor del mundo se encuentran actualmente comprometidas en este proceso, y permanecen montadas sobre planificaciones urbanas de este siglo. Las ciudades son la plataforma en la que se deciden las fortunas de las naciones en un ambiente globalmente competitivo. El tema no es ajeno a lo que hace Bogotá y Medellín, a lo que desarrolla Manizales, Pereira y Armenia, lo que se busca en la Costa Caribe y lo que por años lleva de recorrido el Valle y sus diferentes municipios.