A la lluvia caída en la ciudad de Bogotá, que causó estragos en la movilidad al colapsar nuevamente el deprimido de la 94, se suma la imprudencia de los peatones que no respetan los semáforos ni el paso de los buses de Transmilenio en la carrera séptima a la altura de la calle 87 y 94.
En estos puntos, los peatones se lanzan a atravesar esta importante vía capitalina atravesándose a los articulados rojos y a los subes del SITP, sin mayores cuidados pudiendo ocurrir un accidente.
La situación empeora cuando la lluvia cae sobre Bogotá, hace la movilidad aún más difícil, y según los vecinos del sector, la fuerza pública no toma cartas sobre el asunto lo que empeora la situación.