Por Mauricio Botero Caicedo
Ente más largo el título, más insignificante el puesto.
Entre mayor amor profesa el político por el pobre, y más profundo el compromiso de apoyarlo, menor es el deseo del político de hacer parte del ejercito de los pobres.
Entre más clame un político o un financista su incorruptible honestidad, mayor la posibilidad de que sea un redomado pícaro.
Entre más alto alguien se coloque en un pedestal moral, menos nobles y más oscuros los motivos que lo impulsan.
Entre menor tiempo haya transcurrido en obtener una fortuna, mayor la distancia que lo separa del buen gusto.
Entre más duro suene la bocina de un barco o de un bus, más diminuto el pito del Capitán o del chofer.
Entre más lejos del terrorista de su continente, mayor la admiración del izquierdista europeo.
Entre más recursos naturales tenga una nación y más extractiva sea su economía, menos ricos son sus habitantes. La riqueza viene es de la producción y no de la extracción.
Entre más educación tengan los ciudadanos, más culta y por ende rica será la nación.
Entre más penetre el socialismo a una nación, en especial el ‘Socialismo del Siglo XXI’, más pobres serán los ciudadanos.