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Reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel por parte de Donald Trump desata tormenta mundial; el Papa expresa preocupación

–El anuncio del presidente Donald Trump de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel a pesar de la intensa oposición árabe, musulmana y europea, desató una verdadera tormenta en el mundo y protestas.

Una de las reacciones más importantes fue la del Papa Francisco, quien declaró:

«Mi pensamiento se dirige ahora a Jerusalén. Al respecto, no puedo callar mi profunda preocupación por la situación que se ha creado en los últimos días y, al mismo tiempo, dirigir un apremiante llamamiento para que sea empeño de todos respetar el status quo, en conformidad con las pertinentes Resoluciones de Naciones Unidas.

Jerusalén es una ciudad única, sagrada para los judíos, los cristianos y los musulmanes, que veneran en ella los Lugares Santos de sus religiones respectivas y tiene una vocación especial para la paz.

Ruego al Señor que dicha identidad sea preservada y fortalecida en beneficio de Tierra Santa, Oriente Medio y el mundo entero y que prevalezcan sabiduría y prudencia, para evitar añadir nuevos elementos de tensión a un panorama mundial ya convulsionado y marcado por tantos conflictos crueles», puntualizó el Papa Francisco.

El presidente Trump ha ordenado al Departamento de Estado que comience a desarrollar un plan para trasladar la embajada de Tel Aviv a Jerusalem en lo que se espera que sea un proceso que lleve de tres a cuatro años, siempre y cuando no haya cambios futuros en las políticas estadounidenses.

El Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Greg Burke, en la víspera de este llamamiento confirmó que el Papa Francisco y el líder palestino Ahammoud Abbas se hablaron por teléfono sobre el tema del traslado de la embajada de Estados Unidos a Jerusalén.

La conversación que tuvo lugar por iniciativa de Abbas, se enmarca en una serie de contactos del Presidente de la ANP después de su coloquio con el Presidente de Estados Unidos, en el que, según señaló el portavoz del mandatario palestino, Donald Trump ha comunicado su intención de trasladar la embajada estadounidense.

El presidente palestino, Mahmoud Abbas, el rey Abdulá de Jordania, el presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi y el rey Salman de Arabia Saudita, que recibieron llamadas telefónicas de Trump, se unieron al coro de voces que asegura que la decisión podría desatar violencia en la región.

La Casa Blanca dijo que Trump también habló con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, un defensor de larga data de un traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén.

Netanyahu fue el único líder cuya oficina no emitió una declaración después de la llamada, pero un ministro israelí de alto rango dio la bienvenida a la decisión de Trump y prometió que Israel estaría preparado para cualquier estallido de violencia.

Trump parece decidido a satisfacer a la base derechista y pro-israelí que lo ayudó a ganar la presidencia, pero fue decepcionada cuando el republicano retrasó el traslado de la embajada en junio.

Ningún otro país tiene su embajada en Jerusalén. Israel capturó el este árabe de la ciudad en la guerra de de 1967 y luego lo anexó, una acción no reconocida internacionalmente.

Declarar a Jerusalén como la capital de Israel es una ofensiva retórica que podría tener consecuencias peligrosas. Estados Unidos nunca ha respaldado la afirmación de soberanía del Estado judío sobre ninguna parte de esa ciudad, y ha insistido en que su estatus sea determinado con base en negociaciones entre los israelíes y los palestinos.