Por orden de la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia, la rectora del colegio Diclascalio Nuestra Señora de la Esperanza, deberá realizar un acto de excusas públicas para una estudiante de ocho años de edad, víctima del matoneo por sus compañeros de clase y de las directivas de la institución.

La Corte determinó que las directivas toleraron y promovieron el “bullyng” y en la acción de tutela se señaló que en repetidas ocasiones la menor de edad fue humillada en las clases y las juntas de padres de familia.

La menor ha tenido afectación psicológica y presentó crisis emocional. Fue atentida de urgencias en el Hospital de Meissen después de manifestar que no quería seguir viviendo.

También habría sido humillada por las directivas y la profesora del curso cuando le manifestaron en una junta de padres: “que si no tiene dinero para adquirir los uniformes y cambiar de colegio a la niña, ellos pueden ayudarle para que no continúe en el plantel”.

La niña optó por no volver a la institución y finalizó el año escolar en su casa. Tampoco fue matriculada allí para el 2018 y buscará otro colegio, cercano a su domicilio, para continuar la primaria.

El Alto Tribunal tuteló los derechos fundamentales a la educación, la salud, el buen nombre, el libre desarrollo de la personalidad y la vida de la menor de edad al determinar que en este caso se presentó una: “conducta de exclusión social, hostigamiento e intimidación”.

Y destacó que: “Los menores de edad tienen derecho a que se les proteja del acoso escolar porque afecta la honra y la dignidad (…) y una conducta que impacta negativamente en el desarrollo integral de la comunidad estudiantil”.

El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar deberá documentar el acto de excusas públicas de la institución educativa.