Por: Carlos Fradique-Méndez
Abogado de Familia y para la Familia
DIPLOMADO EN EDUCACIÓN PARA LA VIDA EN FAMILIA (165)
Debemos referirnos al pago y a los incrementos en las cuotas alimentarias.
LAS CUOTAS ESTABLECIDAS POR MUTUO ACUERDO ENTRE LOS PROGENITORES
Cuando los progenitores viven juntos y se llevan bien, o lo que es lo mismo se esmeran por ser padres responsables, siempre encuentran la forma para cumplir con el sostenimiento de los hijos y darles lo mejor posible.
No hay límites de porcentajes para atender la crianza de los hijos: los padres trabajan para sus hijos y les dan la mejor educación y atienden de la mejor manera sus necesidades.
Este es el ideal de familia. El espejo de lo que deben ser progenitores responsables es decir aquellos que atienden satisfactoriamente el sostenimiento integral de sus hijos. No todos los padres que viven juntos cumplen sus obligaciones de alimentos de manera responsable. La inestabilidad laboral y en algunos casos la irresponsabilidad de las personas dan como resultado que uno de los padres deba asumir buena parte de las obligaciones y en algunos casos la totalidad de las mismas. Con la anuencia y tolerancia de quien por su cuenta asume producir para el sostenimiento del hogar.
LOS ALIMENTOS POR CUENTA DE UNO SOLO DE LOS PROGENITORES
En muchos casos, lamentables estos casos, solo uno de los padres asume la responsabilidad de crianza de los hijos. Generalmente la madre con la ayuda de los abuelos del hijo. También está el caso de los que creen que con solo agua de panela y pan cumplen con la obligación de alimentos. Y de quienes utilizan a los hijos para pedir el auxilio del prójimo o de los transeúntes. Esta conducta debe ser penalizada. Pero ¿penalizar el hambre es una solución para este estado lamentable de cosas que es manifiestamente violatorio de la Constitución?
Y hay casos en los que conviene no reclamar cuota de alimentos porque el obligado considera que tiene plenos derechos por pagar una de las comidas de sus hijos. Y entonces vigilan a la madre, le piden cuentas, le exigen que atienda al hijo con las sumas irrisorias que pagan con buenas dosis de violencia. ¿Y qué no decir de los padres que son adictos a las sustancias prohibidas, al alcohol o cuyas conductas son propias de animales salvajes?
Hay hombres que aportan medio salario mínimo y hasta menos y le reclaman a la madre porque afirman que esos dineros los están gastando con supuestos amantes de turno.
LAS CUOTAS ACORDADAS EN CONCILIACIÓN
Cuando los progenitores no logran ponerse de acuerdo entre ellos mismos, la ley establece mecanismos para que concilien sus diferencias. Generalmente lo logran mediante conciliación extrajudicial o judicial. Y la judicial puede ser en procesos de alimentos o en procesos de divorcio o en casos extremos en investigaciones por inasistencia alimentaria.
Con frecuencia estas conciliaciones quedan defectuosas y permiten abusos en el cobro de las cuotas alimentarias. Uno de esos defectos es el entender que cuando uno de los padres se hace cargo de la educación, el otro puede matricular al hijo o hija en cualquier colegio, las más de las veces costoso, y luego pasar la factura de cobro. Este mecanismo es irregular y los jueces los avalan con grave detrimento para el obligado quien muchas veces para pagar la pensión debe destinar más del 100% de lo que gana. Es necesario revisar los protocolos para fijar cuotas de alimentos que estén debidamente limitadas, que sean claras, que no permitan abusos y menos actos de venganza.
AUMENTO DEL VALOR DE LAS CUOTAS DE ALIMENTOS
Cuando los padres tienen acuerdos verbales para atender los alimentos de sus hijos no hay problema porque con la misma buena voluntad y con la mayor responsabilidad seguirán trabajando para sus hijos. Aplauso para esos progenitores.
Cuando los padres han firmado acuerdos ante Defensores de Familia, ante Comisarios de Familia, ante jueces o la autoridad ha fijado las cuotas, generalmente en esos documentos ha quedado establecido cómo se aumenta el valor de las cuotas de alimentos. Sobre estos aspectos hablaremos en la próxima lección.
Sigamos cultivando el respeto, las palabras decentes, el buen trato, la mejor cultura, el decoro, la autoestima, el civismo, el ser mejor cada día en nuestras familias, en nuestra sociedad y en Colombia para tener personas que puedan solucionar con prudencia sus conflictos y por sobre todo con la garantía de que tendrán asegurado su futuro en sana convivencia.
Colombia, del 8 al 14 de enero de 2018.
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