La Unión Europea condenó los ataques terroristas por parte de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) después de que el 9 de enero terminara el cese al fuego bilateral con el Gobierno Nacional.

“Los distintos ataques perpetrados por el Ejército de Liberación Nacional en distintas partes de Colombia son inaceptables”, afirmó la UE en un comunicado.

Por lo tanto, pidió “la rápida reanudación de las conversaciones (…) para garantizar las ventajas logradas en la paz y la construcción de la confianza en los pasados tres meses”.

“El deseo de la suspensión continuada de la acción militar ha sido unánime en toda Colombia. Una mejora sostenible en la situación humanitaria de las comunidades afectadas por el conflicto solo se puede realizar con un permanente alto el fuego”, aseguró la UE.

La UE señaló que no se debe “desperdiciar esta oportunidad para la paz” y confió en que el Eln “cese en sus ataques de manera inmediata”.

“Animamos a las partes a reanudar el diálogo, para que el acuerdo de paz se alcance pronto, lo que implica no solo un alto el fuego bilateral permanente, sino también seguridad y estabilidad para todos los colombianos”, aseguró la UE.

Por su parte, los países garantes del proceso de paz con el Eln pidieron a las partes reiniciar los diálogos.

“Solicitamos a las dos partes iniciar el V Ciclo con la urgencia que la situación amerita. Exhortamos que en este V Ciclo se asuma como prioridad la negociación de un siguiente cese al fuego, junto a otros temas de la agenda”, comentó en un comunicado conjunto publicado este jueves Brasil, Chile, Cuba, Ecuador, Noruega y Venezuela.

Por su parte, el candidato presidencial de la Farc, Rodrigo Londoño, pidió a las partes sentarse y llegar a un acuerdo de paz.

“Hacemos un llamado al Gobierno Nacional, al Ejército de Liberación Nacional, a los diversos actores políticos del país, a la sociedad colombiana y a la comunidad internacional a sumarse para exigir la continuidad de la mesa de diálogos de paz”, comento Londoño.

El jefe de la Farc señala que “a pesar de las dificultades, es una obligación moral y una actitud ética la persistencia en la búsqueda de salidas negociadas” al conflicto.