Fondo Monetario Internacional proyecta un crecimiento de 3% para Colombia en 2018
–El presidente Juan Manuel Santos celebró este miércoles el anuncio del Fondo Monetario Internacional de «revisar al alza» la proyección de crecimiento de Colombia para este año en un 3 por ciento.
«Es una buena noticia para el país», expresó Santos en una declaración que emitió en Davos, Suiza, donde participa en el Foro Económico Mundial.
En su informe, el Fondo Monetario Internaciona reseña así la situación de Colombia:
En Colombia, el crecimiento se ha reavivado poco a poco a medida que se desvanecen los efectos negativos de la fuerte caída de los precios del petróleo en 2014–16. La disminución de la inflación ha dejado margen para una distensión monetaria favorable al crecimiento. Contra el telón de fondo de un mayor crecimiento mundial y un alza de los precios del petróleo, las perspectivas de recuperación se están afianzando y la inflación continuaría convergiendo hacia la meta fijada. Las perspectivas de crecimiento a mediano plazo son favorables, gracias a la expansión de las exportaciones y a la inversión en infraestructura.
Y en el cuadro en el que relaciona las proyecciones de América Latina y el Caribe, registra un crecimiento para Colombia de 0,3 por ciento para este 2018 y de 3,6 por ciento para 2019.
Al respecto, el presidente Juan Manuel Santos precisó:
El Fondo Monetario @FMInotocias mejoró su proyección sobre Colombia: estima un crecimiento del 3% este año. Buena noticia para el país. pic.twitter.com/yv9yEaGKog
— Juan Manuel Santos (@JuanManSantos) January 25, 2018
En igual sentido se pronunció el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas Santamaría:
Buenas noticias: @IMFNews ha aumentado su proyección de crecimiento económico para #Colombia?? a 3% para este 2018. Recuperación con mayor crecimiento @MinHacienda @FMInoticias pic.twitter.com/W6Kv3BKE9y
— Mauricio Cárdenas S. (@MauricioCard) January 25, 2018
El informe «América Latina y el Caribe en 2018: Recuperación Económica en ciernes», presentado por Alejandro Werner, Director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), reseña que las tendencias recientes de la economía mundial y de los mercados financieros son buenas noticias para América Latina.
Contrasta la situación de Colombia con su vecino Venezuela, sobre el cual el FMI señala:
«En Venezuela, la crisis continúa. Según las proyecciones, el PIB real disminuirá alrededor de 15 por ciento en 2018; en consecuencia, se prevé que la contracción acumulativa del PIB desde 2013 sea casi de 50 por ciento. Esta tendencia es resultado de significativas distorsiones microeconómicas y desequilibrios macroeconómicos exacerbados por el colapso de la exportación petrolera; este último tuvo origen en la fuerte caída de los precios del petróleo ocurrida a mediados de 2014 y continuó más recientemente con el desmoronamiento de la producción nacional. Se proyecta que la inflación supere 2.400 por ciento en 2017 y que ronde 13.000 por ciento en 2018, alimentada por el financiamiento monetario de profundos déficits fiscales y la pérdida de confianza en la moneda nacional».
En el global, el FMI establece que el crecimiento mundial y el comercio internacional están cobrando ímpetu y, según nuestras previsiones, ese auge continuará en 2018. El aumento de los precios de las materias primas también ha colaborado con el repunte de la región, indica y agrega:
«Favorecida por esta mejora del entorno mundial, la recuperación económica de América Latina también está cobrando ímpetu, a medida que las recesiones de algunos países (Brasil, Argentina y Ecuador) llegan a su fin. Estimamos que el crecimiento regional fue de 1,3 por ciento en 2017 (frente al 1,2 por ciento proyectado en octubre), y proyectamos que la actividad se acelerará a 1,9 por ciento en 2018 y 2,6 por ciento en 2019.El consumo y las exportaciones fueron los principales impulsores del crecimiento el año pasado. Es alentador constatar que la inversión ya no es un lastre y se prevé que sea un factor importante para la aceleración del producto este año y el próximo. La inflación retrocedió significativamente en 2017 en muchos países, dejando cierto margen para una política monetaria más acomodaticia.
Advierte que la recuperación es generalizada en toda la región. Aunque México, América Central y partes del Caribe se están beneficiando de un crecimiento más vigoroso en Estados Unidos, el crecimiento en América del Sur se debe principalmente al fin de las recesiones de Brasil, Argentina y Ecuador, así como al aumento de los precios de las materias primas, precisa el FMI, el cual presenta el siguiente cuadro:
Empero, el Fondo Monetario Internacional señala «riesgos para la recuperación económica», así:
Varios riesgos podrían hacer trastabillar la recuperación de la región. Las elecciones programadas en muchos países rodearán de incertidumbre la situación económica y política a lo largo del próximo año. Las presiones para adoptar políticas aislacionistas en las economías avanzadas —manifestadas por ejemplo en el repliegue de la integración transfronteriza— y los factores como las tensiones geopolíticas mundiales y los fenómenos meteorológicos extremos podrían acentuar la incertidumbre.
Asimismo, las condiciones en los mercados financieros podrían hacerse más restrictivas si la inflación aumentara más de lo esperado en Estados Unidos o si las vulnerabilidades financieras internacionales se acumularan debido a una toma excesiva de riesgos durante el dilatado período de tasas de interés muy bajas y escasa volatilidad de los precios de los activos.
Finalmente, el FMI resalta el «buen momento para reconstituir los márgenes de protección y estimular el crecimiento a mediano plazo» y hace las siguientes precisiones:
Más allá del corto plazo, la región enfrenta dificultades a mediano plazo. Como venimos subrayando, a pesar de la aceleración económica en curso, el crecimiento del producto latinoamericano está regresando a una media decepcionante. Teniendo en cuenta el atenuado crecimiento potencial y los riesgos a la baja a mediano plazo, es necesario redoblar los esfuerzos por reconstituir los márgenes de protección e implementar políticas estructurales encaminadas a eliminar los cuellos de botella que traban el crecimiento y a mejorar la resiliencia.
En los países que necesitan reducir los déficits fiscales, es necesario dirigir la atención al delicado equilibrio entre preservar un crecimiento inclusivo y estabilizar la elevada y creciente deuda pública. Para resistir mejor los shocks en el futuro, se lograría una mayor resiliencia y eficacia a la política monetaria manteniendo la flexibilidad cambiaria y reforzando en mayor medida la comunicación y la transparencia de los bancos centrales.