Opinión

Los peajes, ¿Qué hay detrás?

Por: Luis Eduardo Forero Medina
Durante muchos siglos en Colombia se transitó por trochas, puentes colgantes y de bejucos y caminos de herradura; sin cobrar tributo alguno por cruzar de un pueblo a otro.

A partir de 1905 se comenzaron a construir con recursos estatales las carreteras 1G,2G y 3G; sin embargo sólo fue hacia la segunda mitad del siglo XX, en 1954, cuando se introdujo el sistema de peajes para mantener y conservar en buen estado la red vial nacional.
Del centenar y medio de puntos de pago de peajes que funciona en el país, la mayoría han sido cedidos a 48 concesionados, y unos pocos siguen a cargo del Instituto Nacional de Vías, que los administra a través de Odinsa Proyectos e Inversiones. De no ser por la concesión de carreteras a particulares, en América Latina se habría frustrado el financiamiento de las mismas; algunas veces en alianzas público-privadas. La recuperación de la inversión la efectúa el concesionario mediante el cobro de peajes; otras veces se cobra a través del impuesto de valorización, o el sistema mixto. Según la CEPAL( Comisión Económica para América Latina y el Caribe) en 13 países de América Latina se han entregado en concesión 36.103 kilómetros de carreteras (246 concesiones).
El sistema adoptado en Colombia para cobrar peajes es con base a las distancias recorridas y las características del vehículo; circunstancia que ha llevado a una saturación de peajes y abuso en los precios en determinados puntos de la geografía nacional. Cada vez que se pone en funcionamiento un nuevo peaje, viene precedido de protestas ciudadanas, que a veces se negocia con el fifty fifty en los cobros a vecinos del sector donde está la caseta. En otras ocasiones se ha socializado con la comunidad para que la instalación del peaje venga aparejado con el arreglo de la malla vial; como sucedió en Pacho (Cundinamarca) hace dos años, donde se condicionó el cobro de peaje si se pavimentaban los 22 kms del Alto del Páramo al perímetro urbano; obra que está adelantada en más del 90 por ciento. En otros casos no se justifica el cobro de peajes, porque la mayoría de vehículos que transitan por ese sector son motos; que están exentas de pago.

El frenazo que ha tenido los peajes en el país es los incómodos puntos de trabajo de los recaudadores; el asalto a las estaciones y la falta de implementación de los puntos de recaudo electrónicos en todas las Autopistas de Cuarta Generación. En el mundo este sistema electrónico que descongestiona esas áreas, empezó a funcionar desde los años ochenta con o sin estaciones o casetas. En la Unión Americana, cuando en los casetas no hay personal de cobro pero sí cámaras de seguridad, el peaje o “tolls” se cancela con tarjeta prepago o en monedas de 25 centavos la cantidad exacta. A semejanza de otras latitudes, en Colombia se propone cobrar los peajes en función de la hora, del día de la semana o la temporada. Hace dos décadas se debate la fijación de peajes urbanos concretamente en el centro de Bogota. Dos ex alcaldes, Mockus y Petro, en su momento pregonaban su inminente funcionamiento. Petro en 2011 tenía como un hecho de su alcaldía el desmonte de pico y placa, para en su lugar adoptar los peajes urbanos, como en Barcelona, Londres y París. Esos recursos prometía utilizarlos para la primera línea del metro, el tranvía eléctrico y troncales de TransMilenio. Pasada la campaña, esa propuesta quedó en el tintero.
De acuerdo a la Universidad de Barcelona “los peajes urbanos se han convertido en una herramienta efectiva para reducir el tráfico en las horas punta y para disminuir las retenciones, así como los costes medioambientales”. Según la Universidad Manuela Beltrán de Bogotá, Colombia tiene los peajes más costosos de Latinoamérica, por detrás de Chile y Brasil. Los países vecinos tienen sus peajes entre 100 y 120 kilómetros de trayecto uno de otro; en Colombia esa distancia es de cada 35 kilómetros, indica la misma Universidad.
Las casetas de peajes recaudan anualmente billones de pesos que fuera de invertirse para mantener los corredores viales, se refleja en otros agregados a los actores de tránsito. De ordinario los usuarios desconocen que al pagar peaje, se presenta una co responsabilidad del concesionario, como es la de atender los casos de emergencia que se presenten en la vía; suministrando ambulancias, carro taller y grúas. Próximamente arrancará el Sistema Nacional de Identificación Vehicular que tiene como objetivo un Centro Inteligente de Control de Tránsito y Transporte. El SNIV fuera de estar concebido para recaudo electrónico de peajes; aportará a la seguridad vial; permitiendo “tener más control sobre los vehículos que se mueven por el territorio nacional”.
@luforero4

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