Por: Luis Eduardo Forero Medina
Los Gobiernos Nacional, departamental y municipal continúan improvisado en la reglamentación de los vehículos de dos ruedas; al punto que después de décadas de haber sido establecido en el Plan de Desarrollo, se continúa sin expedir en Colombia la política integral de la motocicleta.
Este país es el segundo productor de motocicletas en Latinoamérica después de Brasil; el único país, donde las cinco marcas más emblemáticas y representativas de motocicletas en el mundo, tienen plantas de producción altamente tecnificadas; y en la Región es el país que posee más motos.
Hace cerca de medio siglo cuando las motos empezaron a llegar a algunos países suramericanos era un lujo de pocas personas; dándose su expansión lentamente por la baja en el precio y facilidades para su compra en sectores populares de la ciudad y el campo. La mayoría de los vehículos de dos ruedas, que datan de 1867, son empleadas para fines laborales y de movilidad; siendo común en varias ciudades ver a los padres o menores de edad, acomodando en sus motos a dos o más niños, a veces sin casco protector, con destino al Colegio o por diversión. Los motociclistas caen en la tentación de adquirir moto, producto que hace parte de la canasta familiar de los sectores 3,2 y 1, por las estrategias de mercadeo. Las tres marcas de motos más vendidas son Bajaj, Yamaha y Honda. La publicidad apunta a que se tome una decisión de comprar moto porque la espera terminó; la ciudad es salvaje, y con el vehículo de dos ruedas se enfrenta todo y se viviría el mundo de una manera diferente. Para los que la dedican a trabajo, que son la mayoría, los vendedores les hacen ver que comprando una, le puede producir para que compre tres. Las motos, auguran la propaganda, sirve para rodar cómodamente cuando quieras, en cualquier terreno, y sin estrés· Pero sobre todo “para llegar siempre de primero” · En Colombia hay cientos de ensambladoras, importadoras y distribuidoras de motos; que sin embargo se reducen a menos de una decena las que dominan el mercado (AKT, Auteco, Fanalca Honda, Hero, Incolmotos Yamaha y Suzuki). Entre todas venden más de 700 motos nuevas cada hora.
Los moteros aportan significativamente a la economía nacional y doméstica, fuera de las actividades que se derivan del moterismo, que genera miles de empleos directos e indirectos. La mayoría de personas cree que el grave problema de inseguridad en Bogotá no se soluciona con prohibir el parrillero hombre en motos de cilindraje superior a 125 c.c.. “Es claro que los atracos no van a desaparecer” con esa medida, afirma Bogotá Cómo Vamos. Cuando las autoridades pretenden frenar o restringir el uso de la moto, además de ser una medida contraria a la ley; tendría un doble efecto, incrementar la venta de esas unidades de transporte o desestimularlo. En Colombia la mayoría de motociclistas la emplean con fines de trabajo o transporte (1 de cada 7 colombianos usa la motocicleta para transportarse).
El sector motero con más de 5 millones de unidades en Colombia, se desacelera porque los motociclistas y peatones son el 80% de las víctimas en accidentes de tránsito. Además porque “ahora son las que más emiten gases efecto invernadero, lo cual acelera la contaminación en las ciudades especialmente en Bogotá”, de acuerdo a un estudio realizado por la investigadora Yohen Cuellar Magister en Ingeniería ambiental de la Universidad Nacional. En este grupo se encuentran las motos de cuatro tiempos con cilindraje mayor a 150 cc. Las motos algunas veces hacen parte de la cadena de custodia de los elementos utilizados para acciones delincuenciales. El año pasado el 8,5% de las denuncias realizadas por los bogotanos por hurto están relacionadas con parrilleros de motociclistas.
Los jueves, los harlistas con sus Harley Davidson, célebres por su diseño y sonido; se dan un vuelto nocturno por Bogotá; y de ordinario organizan desfiles por todo el país en pro de causas sociales.
@luforero4
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