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Corte Constitucional rendirá cuentas como cualquier entidad estatal

La intención de la Corte Constitucional de convertirse en la segunda corporación de la Rama Judicial en unirse al sistema de rendición de cuentas, los avances y desafíos de la descentralización del Estado a partir de la equidad y la eficiencia, y los retos de los departamentos administrativos de cara a la consolidación de un sistema moderno de la administración pública fueron los temas principales del segundo foro del año “El estado del Estado”, cuyo tema central fue “Grandes hitos en la gestión pública colombiana”.

Durante su intervención en el evento, el presidente de la Corte Constitucional, magistrado Alejandro Linares, agradeció el papel de la directora de Función Pública, Liliana Caballero, en el apoyo que la entidad ha prestado no sólo en el fortalecimiento del proceso de rendición de cuentas en la Rama Ejecutiva, sino también en la Judicial, un hecho sin precedentes en la historia de la gestión pública en Colombia.

“Nuestro sueño como Corte Constitucional es rendir cuentas como cualquier entidad estatal, porque son los colombianos nuestros grandes veedores. Estoy muy agradecido con Liliana Caballero, porque nos ayudó a mejorar la estructura interna de la Corte y eso redundará en una gestión más cercana al ciudadano”, dijo Linares.

Por su parte, Caballero felicitó no sólo al presidente de la Corte Constitucional sino al del Consejo de Estado, Germán Bula, por “estar trabajando en rendir cuentas y luchar contra la corrupción. Hoy la rendición de cuentas es un diálogo con la ciudadanía”.

Caballero celebró que durante el Gobierno del Presidente Juan Manuel Santos, Función Pública haya sido adherida al Consejo de Ministros y defendió la continuidad de la Escuela Superior de Administración Pública, ESAP, como “la escuela de los servidores públicos”.

“Todos los esfuerzos realizados hasta el momento deben seguir garantizando el goce de los derechos y la satisfacción de los ciudadanos, esto es lo que tiende puentes de confianza real y da a los ciudadanos el sentirse parte de la construcción de la democracia. Esta es la función de nuestra entidad”, dijo Caballero.

Sobre la importancia de la descentralización del Estado, el exalcalde de Bogotá Jaime Castro dijo que fue uno de los aportes más importantes de la Constitución de 1991. Sin embargo, se deterioró por el fenómeno de las “mafias políticas” que manejaron las regalías de las regiones.

“Esa es la situación que vive hoy la descentralización en Colombia como producto de un proceso de deterioro que se fue cumpliendo en el tiempo y que llevó a la clase política tradicional a apoderarse de los municipios y los departamentos”, dijo Castro durante su intervención en el evento.

Sin embargo, mientras para Castro la descentralización es un “proceso que exige un seguimiento primordial para darle nuevos aires de desarrollo al Estado”, para Rudolf Hommes la clave para mantener una administración pública capaz de responder a las necesidades de las regiones está en la creación de una Superintendencia de municipios y departamentos.

“Dicha superintendencia debe entrar y tomarse la administración local y manejarla hasta la próxima elección, eso existe en otros países. Eso sería muy importante. Había que ver cómo se blinda para que no se politice como ha pasado con otras instituciones”, propuso Hommes.

Así mismo, el analista Alfredo Sarmiento se enfocó en la importancia de la equidad para la verdadera construcción de un Estado social de derecho. “Eso no existe –dijo–, pues la democracia se basa en la confianza y la confianza no se obtiene si tenemos un Estado que no llega a todo el territorio nacional”.

Y añadió que la función central del Estado debe ser la de evaluar y dirigir y para ello requiere de un acercamiento con las regiones, las cuales se deben responsabilizar de “la operación de los proyectos, en esto último se basaría la descentralización”.

Para cumplir con este fin, el exministro de Defensa y exembajador Camilo Ospina añadió que Función Pública cuenta con personal profesional suficiente para hacerlo, una ventaja que debería dirigirse no solamente hacia la descentralización, organización y/o creación de ideas sino también a la ejecución.

“Si ustedes me preguntan a dónde va la función pública, yo entendería que lo que está ocurriendo es que el Estado se está volviendo en un excelente organizador, pero no un ejecutor. El Estado dirige, controla, pero no opera (…) la operación de las ideas se está dejando a cargo de los entes privados y eso puede tener serias consecuencias”, dijo Ospina.

En esta misma dirección estuvo la intervención del especialista Miguel Malagón, quien advirtió que uno de los principales problemas de la administración pública es “la prestación del servicio público en manos de entes privados” y la poca independencia que tienen los departamentos administrativos en el país.