Por: Diego Calle Pérez
CORTO Y PUNTUAL
A la hora de rendir cuentas, los elegidos por voto popular, prefieren mostrar las obras de infraestructura que las actividades de cultura. Las fiestas locales son un conjunto de solemnidades con que una población-pueden ser barrios, en el caso de ciudades grandes- celebra anualmente la fecha del sentido de pertenencia e identidad por la municipalidad.
Las fiestas suelen incluir actos religiosos-como un oficio solemne- invitan al obispo, hay ofrendas de los feligreses y los benefactores reciben bendiciones y arrancan las celebraciones, en las calles se tiran voladores, mechas de pólvora, globos y pancartas de esquina a esquina como canta Serrat. Hay programa toda la semana: conciertos, bailes, verbenas, ferias, juegos infantiles, exposiciones equinas y bovinas, silleteros para Antioquia y un Carnaval de Barranquilla y la feria de Cali y otras tantas de interés municipal, regional y nacional.
Las fiestas es sin duda un acontecimiento social. En ella se manifiestan los diseños de la convivencia, el conjunto de reglas que orientan la vida en común, las jerarquías, como las discriminaciones o exclusiones. Por medio de las fiestas, la comunidad activa la reciprocidad de los vínculos de sociedad marcada por el territorio, se generan expresiones de lealtad como referente que se visualizan con la asistencia de participantes año tras año que se celebran.
Las fiestas locales, por una parte, generan ambientes lúdicos y por otro, es abundante la iconografía que las rodea. Muchos aprovechan para guardar el afiche que las promociona y se toman fotos para recordar. Las fiestas son un lugar de contraste, unos años se recarga de vallenato y al año siguiente porros, cumbias y gaitas. Sin olvidar el dueto y el trió de la vereda que ameniza la tarde, después de la misa de once.
Las fiestas populares tradicionales, son una muestra característica de la cultura y por ende de la identidad cultural de una subregión, de un barrio, de una vereda, de un corregimiento. Las fiestas expresan huella del tejido social que representan y cuyos intereses simbolizan y constituyen reflejo de la identidad cultural de un pueblo según su tradición.
Por todas las razones expresadas, es lamentable que en muchos municipios no se lleven a cabo fiestas tradicionales, argumentado el alcalde de turno su posición como representante legal del presupuesto y justificando su aplazamiento en necesidades de infraestructura. Muchos olvidan las promesas de campaña y prefieren terminar con placas de mármol por ser gestores de obras, siendo necesarias, las fiestas son para disfrutar la bonita tradición de una historia que todos narramos y contamos en la cotidianidad. Es por ello, las fiestas locales cuentan.