Este jueves, cientos de nicaragüenses formaron una cadena humana en la capital para exigir la libertad de personas detenidas y llevadas a juicio en el marco de las protestas antigubernamentales que dejan más de 300 muertos y 2.000 heridos.
“Libertad para los presos políticos”, “ni un paso atrás” y “justicia”, coreaban los manifestantes tomados de la mano entre la rotonda Rubén Darío y la Universidad Centroamericana (UCA) al oeste de Managua.
Pese a la presencia de antimotines, los manifestantes con banderas de Nicaragua y fotos de los detenidos, se apostaron al centro de la calle causando un atasco de vehículos, mientras los conductores sonaban bocinas y saludaban en señal de apoyo.
“Vine porque queremos que los presos políticos salgan, todos somos jóvenes, no somos delincuentes ni terroristas”, dijo un empleado de Call Center que prefirió el anonimato.
“Nuestra vida corre peligro por andar aquí, hay mucho temor a que nos capturen. Yo debo admitir que tengo miedo pero vengo porque hay que apoyar la lucha”, dijo otro joven de 24 años.
Una catedrática de la UCA con el rostro cubierto dijo que acudió a la manifestación por su alumno Byron Estrada, uno de los detenidos en la cárcel El Chipote, un centro de máxima seguridad y denunciada por opositores como lugar de tortura.
“Me duele lo que esta pasando”, dijo con voz entrecortada un joven expolicía, quien dijo que se siente perseguido por retirarse de sus funciones porque “no quise andar matando estudiantes”.
Mientras tanto, reos políticos recluidos en la cárcel La Modelo, norte de Managua, iniciaron una huelga de hambre indefinida. La medida se cumplirá “hasta nuestra liberación, sin importar las consecuencias”, según una carta enviada a la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH).
“Pedimos al pueblo de nicaragüense intensificar la lucha en las calles sin miedo a este régimen opresor (…) hemos perdido el miedo y estamos dispuestos a entregar la vida por patria y libertad”, dice la misiva.