Salud

Que los excesos en vacaciones no le hagan pasar un mal rato

Las vacaciones, por cortas que sean, son un momento para relajarse, desconectarse del trabajo y del estudio y hacer un cambio de hábitos. Una de las rutinas que más se altera en esta época es la alimentación, no solo porque se prueban distintos alimentos y preparaciones cuando se sale de viaje, sino porque se suele comer en exceso, así el descanso sea en la casa.

Con los excesos, el estómago empieza a pasar señales de alerta para que lo atiendan: distensión abdominal, gases, sensación de llenura, saciedad temprana, ardor en la boca del estómago, diarrea y guayabo, son molestias que evidencian el efecto de los excesos en este órgano que ayuda a la digestión de los alimentos.

“Cuando estos síntomas aparecen -y se comprueba mediante una endoscopia que quien los padece no tiene ninguna alteración de la mucosa gástrica, hernias o úlceras-, están asociados a un trastorno de la digestión denominado Dispepsia Funcional”, explica la doctora Edda Medina, médica pediatra e intensivista, directora médica de Heel Colombia.

¿Qué pasa con los excesos?

El estómago es como una bolsa con cierta capacidad. Cuando comemos más de lo que necesita, se causa distensión, molestias y dolor, ya que tiene que producir más ácido clorhídrico, lo que genera acidez.

Como explica el doctor Baltazar Guerrero, médico epidemiólogo, la sensación de plenitud se produce porque, al recibir más comida, el estómago se demora más tiempo en procesarla y pasarla al intestino. De ahí que la persona sienta como si se le devolviera la comida.

Además, al estar tan lleno, el estómago no puede llevar a cabo un buen proceso de mezclar los alimentos con los jugos gástricos. Esto hace que alimentos no bien digeridos y acidificados pasen al intestino donde se descomponen y generan más gases.

Otro efecto de comer mucho es que el cuerpo puede producir en exceso sustancias que hacen que el intestino se mueva, lo que desencadena la diarrea.

¿Qué hacer?

En Colombia, el 90% de las consultas por problemas digestivos están asociadas con trastornos gastrointestinales funcionales. “A pesar de ser una condición clínica frecuente, muchos de los tratamientos existentes están enfocados a la erradicación del Helicobacter Pylori, los inhibidores de las bombas de protones que disminuyen la producción de ácido en el estómago, los antiácidos que alivian la acidez estomacal de manera transitoria y los procinéticos que buscan mejorar la contracción y el vaciamiento del estómago. Sin embargo, las respuestas a estos tratamientos son momentáneas y en ocasiones poco efectivas. Una buena alternativa para tratar la Dispepsia Funcional es la medicina biorreguladora, que busca la autorregulación del organismo con medicamentos constituidos por principios activos de origen natural como la Nux vomica Homaccord que ayuda a la metabolización de grasas en el organismo, lo que permite disminuir la inflamación intestinal y mejorar la calidad de la mucosa gástrica, teniendo una acción analgésica aliviando los síntomas de dolor”, explica la doctora Medina.

Para el doctor Guerrero, las vacaciones deberían ser el momento para dedicarse tiempo, dormir 8 horas diarias, hacer ejercicio y alimentarse adecuadamente. “Sin embargo, la cultura está al revés. La gente quiere no hacer nada, comer, dormir y consumir alcohol. Los excesos tienen un efecto sobre el cuerpo”, señala.