
La primera fase del fraude consistía en la búsqueda y captación de personas con problemas de salud o con limitaciones básicas como no saber leer ni escribir. Posteriormente, de manera telefónica se materializaba una coordinación articulada entre tramitadores, empleados del centro de reconocimiento de conductores, funcionarios del centro de enseñanza automovilística y personal médico, para la atención de los usuarios con limitaciones.
De hecho, los certificados médicos se ofertaban a valores superiores de lo establecido, con la salvedad de no registrar restricciones de ningún tipo en la licencia, de igual forma, usaban celulares, tablets y equipos USB para la toma de huellas dactilares de los ‘estudiantes’ que no asistían al curso teórico práctico que establece la ley. Se determinó que utilizaban varios GPS en un sólo vehículo para simular clases adicionales de estudiantes inexistentes.
Los capturados fueron dejados a disposición de la Fiscalía 13 Seccional de Villavicencio, por los delitos de Concierto Para Delinquir, Falsedad Material en Documento Público, Falsedad en Documento Privado y Uso de Software Malicioso. Los investigadores documentaron 73 casos de licencias irregulares, lo cual implica la solicitud inmediata de cancelación las mismas ante el grave peligro que implica que haya personas no idóneas conduciendo en las carreteras del departamento del Meta.
«Queremos decirles a los que tienen estas licencias que estamos haciendo un trabajo con el Ministerio de Transporte y la Superintendencia de Puertos y Transporte, la Policía Judicial y la Fiscalía, para cancelarlas», señaló el coronel Nicolás Alejandro Zapata, Comandante de la Policía Meta.