La justicia de Ecuador rechazó el lunes una demanda constitucional de Julian Assange para impedir que Quito aplique normas para las visitas, comunicaciones y salubridad del fundador de WikiLeaks en su asilo en la embajada ecuatoriana en Londres.
La jueza Karina Martínez resolvió rechazar por “improcedente” la acción de protección presentada por Assange a través del exjuez español Baltasar Garzón, director de la defensa del australiano, ante un tribunal de Quito. La resolución es de primera instancia y puede ser apelada.
Con la demanda, Assange pretendía lograr el restablecimiento de sus telecomunicaciones, cortadas desde marzo por Ecuador, y bloquear la aplicación de un protocolo especial de convivencia para su asilo en la legación, cuyo incumplimiento derivará en la “terminación del asilo”.
Martínez señaló que la advertencia de dar por terminado el asilo si Assange no cumple con las reglas no es una vulneración de derechos, como el australiano sostiene en su demanda contra el canciller José Valencia, debido a que es potestad del Estado ecuatoriano conceder y retirar ese estatus.
El protocolo está vigente desde octubre y según el mismo las comunicaciones de Assange serán restablecidas.
Ecuador suspendió todas las comunicaciones de Assange con el exterior de la embajada, donde está asilado desde 2012 para evitar en principio ser extraditado a Suecia, por faltar a su “compromiso escrito de no publicar mensajes que constituyeran una injerencia en la relación con otros Estados”.
La audiencia, en la que intervino Assange mediante videoconferencia, se instaló el pasado jueves, pero dos horas después fue suspendida hasta este lunes por problemas técnicos y de traducción.
La justicia del Reino Unido mantiene orden de detención contra Assange por incumplir obligaciones de su libertad condicional cuando era acusado de supuestos delitos sexuales cometidos en Suecia.
Aunque las causas suecas no prosperaron, el creador de WikiLeaks teme ser extraditado a Estados Unidos por difundir miles de secretos oficiales de esa nación a través de su página web.
Poco antes de la audiencia, Valencia dijo que “no podemos hacer milagros” para solucionar la situación del fundador de WikiLeaks y que “el asunto depende de otros países. Esos países tienen que pronunciarse”.