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Opinión

Cuando el silencio es cómplice

por Mauricio Botero Caicedo
No puedo ocultar que en relación con el caso de los fajos de billetes que Gustavo Petro introduce en una bolsa plástica, el silencio de ciertos medios, multitud de columnistas y casi la totalidad de los caricaturistas, me produce cierto asco.

Y me produce asco porque este silencio cómplice no se debe a que aprueben o desaprueben lo que todo parece indicar es un caso de abierta corrupción, sino porque es un silencio de complicidad de la izquierda hipócrita.

Me explico: si un pícaro, trátese de un político corrupto o de un narcotraficante novato lo agarran con las manos en la masa – si se percibe como una persona de centro o de derechas, lo crucifican de manera inmediata. Lo menos que hacen es pedir que sea encarcelado, juzgado y condenado en cuestión de horas. Muy seguramente ‘colectivos de abogados’ procederán a demandar a la nación y habrá una condena en contra de la nación en cuestión de meses..

Pero hay de qué el pícaro sea de izquierda. Un manto de silencio cubrirá sus crímenes y muy pocos medios, casi ningún comentarista y prácticamente cero caricaturistas, se atreverán a decir palabra alguna. Es decir, el sólo hecho de ser de izquierda le otorga a todo pícaro inmunidad mediática, por no hablar de inmunidad ante la ley.

Es inexplicable igualmente las actitudes de Navarro Wolff y Claudia López de guardar total silencio. Este silencio es más que cómplice…es el silencio de socios!