–La Fiscalía anunció que radicó el escrito de acusación por los delitos de lavado de activos y concierto para delinquir por darse para narcotráfico, en contra de José Ómar Araque Ortiz, señalado como el presunto segundo cabecilla del llamado cartel de los ‘narcobuses’ y uno de los líderes de la banda denominada “los Mercaderes de la frontera”, desarticulada en Ibagué (Tolima).
Araque Ortiz es acusado de estar relacionado con la media tonelada de marihuana que se descubrió en el bus de servicio turístico que se accidentó en la frontera con Ecuador, cobrando la vida de más de 20 personas, el 14 de agosto último.
Contra el supuesto cabecilla, quien fue detenido por servidores del CTI en septiembre de este año en Pereira (Risaralda), donde residía y se desenvolvía como comerciante; el ente acusador cuenta con audios e interceptaciones telefónicas que permitieron establecer él habría sido otro de los financiadores del cargamento que tendría como destino final Chile.
Además se evidenció que desde julio de este año venía hablando con Jesús David Santofimio, supuesto jefe principal de la organización, y otras personas de Cali (Valle del Cauca), sobre un negocio para el tráfico de estupefacientes a gran escala.
Junto a él, la Fiscalía busca acusar formalmente por los delitos de concierto para delinquir y tráfico de estupefacientes agravado a Jairo Espinoza Méndez, al parecer, proveedor principal en Ibagué (Tolima) de sustancias estupefacientes —a quien se le encontró en su casa 11 kilos 938 gramos de cocaína—; Ana Lucía Salamanca Mendieta, supuesta expendedora; Erika Tatiana Nieto Tinoco, presunta distribuidora; y Lina Ximena Pinzón Cárdenas, esposa de Espinoza Méndez, quien también posiblemente se dedicaba a la distribución.
Estas personas son investigadas por un despacho adscrito a la Unidad Regional Antinarcóticos (URA) con sede en la capital tolimense, que los señala de pertenecer a la estructura Los Mercaderes del Sur, dedicada al tráfico de sustancias estupefacientes al por mayor, en diferentes municipios de Tolima, Huila y Valle de Cauca; la cual habría extendido sus tentáculos hacia países del sur del continente, particularmente Ecuador y Chile.
El material probatorio recaudado por la Fiscalía, como interceptaciones y seguimientos, permite inferir que el grupo delictivo, que comercializaba base coca (pasta y polvo) y marihuana creepy, tenía una estructura funcional para realizar la dosificación y distribución de los alucinógenos, que acopiaba en un laboratorio clandestino ubicado en el barrio Varsovia de Ibagué, sede central de su actividad ilícita.
Cabe anotar que el pereirano fue beneficiado con un acuerdo bilateral que realizaron los gobiernos de Ecuador y de Colombia en el año 2011, consistente en repatriar 90 presos por razones humanitarias, terminando entonces de purgar su pena en el país de origen; esto debido a que fue sorprendido intentando ingresar clorhidrato de cocaína a ese país.